Luchen Por La Familia

Y es que resulta que no todos estaban contentos con esto que
estaban haciendo, así que estaban tramando atacarlos y hasta habían hecho
correr el rumor para que los israelitas dejaran de trabajar. Y lo estaban
logrando. Comenzaron a tener miedo, a sentir que no valía la pena tal esfuerzo.
Así que mejor esperarían en sus casas.
¿Cuántas veces nos hemos sentido así? Cuando la adversidad o
el problema parece mayor a nuestras fuerzas, cuando las amenazas parecen muy
serias. Y decidimos dejar de luchar por nuestros sueños o metas, o nuestro
familiar cada vez parece más y más intransigente y extraviado de la verdad,
cada vez que la situación en la casa parece más insoportable e imposible, por
lo que decidimos que no vale la pena tanto esfuerzo.
¡NO! no tengas miedo al problema, a la adversidad, al
enemigo; no puedes olvidarte del Señor quien es grande y glorioso, para Él no
hay imposible, para Él todo tiene su tiempo, el mejor momento, por tanto no
podemos dejar de luchar por nuestros sueños, nuestras metas, nuestra familia,
por nuestro hogar. Porque Dios está de nuestro lado, y aunque respiren amenazas
contra nosotros, el Señor no permitirá que nos toquen.
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