Adios Insomnio



Que desesperante puede ser el querer dormir y no poder. Que irritable nos podemos volver, y ya ni qué decir del trabajo o la escuela, simplemente no rendimos. Y entre más necesitamos dormir, más difícil se hace dormir. ¡Canijo insomnio! Pero, ¿por qué nos puede pasar esto?

Abuso de Alcohol y otras sustancias: ¡difícil de creer!, pero el alcohol no relaja para dormir, al contrario puede agravar la situación, y ya ni qué decirte de drogas, cafeína, etc.

Pesadillas: el miedo a volver a tener ese sueño horrible no permite conciliar el sueño.

Depresión: ataques de pánico y otros trastornos psicológicos también pueden provocar el insomnio.

Un bebé en casa: digo no todo tiene que ser malo, pero un recién nacido te puede tener despierto a altas horas de la madrugada.

Medicamentos: a veces el tomar ciertos medicamentos, y más aún cuando son automedicados, pueden alterar el sueño.

Ruidos externos: ronquidos de la pareja o de alguien en el cuarto, música fuerte de un lugar cercano, alguna construcción cerca, etc.

Cito todo esto porque el rey David, sin duda alguna tuvo que ser un hombre que lidió con el insomnio en más de una ocasión: tuvo varios hijos y uno de ellos incluso falleció de bebé; sufría depresión cada vez que le fallaba a Dios; probablemente sufría pesadillas mientras huía del rey Saúl que lo quería matar;  etc. Pero lo más importante es que nos comparte su solución para dormir tan tranquilo y confiado cual dulce bebé: DIOS.

Y es que la Paz que Cristo nos da, sobrepasa nuestro propio entendimiento. Cuando aprendes a depender de Dios, aprendes a dormir incluso en medio de la tormenta, porque sabes que en el momento en que hayas hecho todo lo posible, puedes confiar que DIOS hará lo imposible. Así que, aunque diez mil vengan contra ti, tú puedes dormir tranquilo porque Dios está contigo y Él hará lo que parece imposible. Acércate a Dios y vence incluso el insomnio.

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