Dios Se Lo Concedió



Jabes, es un personaje en la Biblia que aparece tan sólo una vez, y aparece justo en medio de una muy larga lista de nombres. Recalcándose así la importancia de lo que hizo entre muchos.

Lo único que sabemos de este personaje es que se atrevió a expresar su anhelo, su deseo al Señor: si tú me bendijeras y extendieras mi territorio. La Biblia nos dice que Dios se lo concedió, ¿por qué? ¿Era extraordinariamente bueno? La Biblia no dice que tipo de persona fue Jabes, no nos dice si obró bien o mal, tan sólo nos dice que Dios se lo concedió. ¿Entonces? Dios no le concedió su deseo por cómo era o cómo actuaba, pero sí te puedo asegurar que se lo concedió: porque el anhelo de Dios, para cada hombre, es bendecirlo y prosperarlo.

Si esto es así, entonces ¿por qué muchos no son bendecidos y prosperados? Pues quizás el motivo principal es que no han pedido como lo hizo Jabes: Dios te ruego que estés conmigo en todo lo que haga. Y eso tiene muchas razones, porque no todo lo que hacemos le agrada a Dios, porque no siempre le pedimos su ayuda y dirección, porque nos gusta ser independientes y sentir que somos autosuficientes, etc.

Jabes tenía, al igual que nosotros, el anhelo de ser bendecido y prosperado, y se lo expresó al Señor. Pero Jabes sabía que la única forma en que esto sería posible era tomado de la mano del Señor, por tanto su petición fue: te ruego que estés conmigo. Para asegurarse que, tomado de la mano del Señor, sería bendecido y prosperado; y evitaría dificultades innecesarias que le provocaran dolor y pesar.

Aprendamos de Jabes, y vivamos sabiendo que Dios desea prosperarnos y bendecirnos; pero la forma en que lograremos esto es tomándonos de la mano del Señor. Así que a pedírselo cada día de nuestra vida.

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