Cuando Pides Ayuda A Dios



El versículo para hoy me recuerda a Naaman, un hombre que necesitaba desesperadamente la ayuda de Dios, porque él tenía lepra. Así que va en busca de un profeta de Dios. Al hallarlo, el profeta Eliseo no salió a recibirle, sino que le manda instrucciones de lo que debe hacer para ser sano, y Naaman se enojó muchísimo. ¿Por qué?

1) Porque Eliseo no salió a orar por él, ni a 'lanzarle conjuros mágicos' o a venderle agüita del Jordán o astillas de un madero, ni a declarar sanidad o unción sobre de él. Y es que al igual que muchos de nosotros, él creyó que al pedir ayuda a Dios, DIOS haría todo y nosotros nada. Algo así como, ‘Dios, hay resuelves mi problema mientras me echo mi siestecita y me avisas cuando acabes’. ¡No!, Dios no actúa así, también hay una parte que debemos hacer.

2) Porque lo que le pidió Eliseo que hiciera no le convenció, ¿sabes por qué?, porque lo que pedía no era algo difícil de hacer, era algo tan sencillo que era imposible creer que Dios haría el milagro haciendo sólo eso. Y así nos pasa también, creemos que para ver a Dios moverse a nuestro favor debemos hacer cosas realmente magníficas o extraordinarias. ¡No!, Dios nos pide cosas fáciles de hacer.

Lo que podemos aprender: Al pedir ayuda a Dios, hay algo que debemos de hacer, está nuestra parte, la parte fácil; y hay que hacer ese algo fácil por aunque parezca imposible que al hacerlo Dios haga el milagro que hemos pedido, pero no olvides que para Dios no hay imposibles.

No olvides entonces que: al pedir ayuda a Dios, hay una parte que debes hacer, la parte fácil y lo difícil déjaselo a Dios.

Comentarios

Los más leídos