Principe De Paz
El rey David, fue un hombre
conforme al corazón de Dios. Desde pequeño era obediente a su padre, a pesar de
que éste lo olvidaba por ser el más pequeño de 8 hermanos. Sirvió con fidelidad
al rey Saúl, a pesar de que éste intentaba matarlo. Enfrentó ejércitos enemigos
y los derrotó con la ayuda del Señor. Adoraba a Dios y le agradecía en todo
momento. Y cuando por fin tenía paz, cuando por fin no había ejército enemigo
que se atreviese a retarlo. David quiso construir una casa de adoración para el
Dios que tanto lo había ayudado. Pero Dios le dijo: ¡Tú no!
Resulta que uno de los hijos de
David, el príncipe Salomón, era el escogido por Dios para hacer lo que David se
propuso en el corazón. ¿Por qué? Bueno, porque Dios quería dejar una figura de
lo que pasaría en el futuro. Salomón es un nombre hebreo (Shalm) que significa ‘Paz’, por tanto, el príncipe de paz
(Salomón), sería el encargado de establecer el trono para siempre. Recuerda,
estamos hablando de una figura, porque sabemos por la historia, que el Rey
Salomón la regó y terminó desviando su corazón.
Pero, el verdadero Príncipe de
Paz, nació de una virgen, en el linaje de David, y siguió con integridad y
rectitud a Dios, obedeciendo todos y cada uno de sus mandatos, decretos y
ordenanzas. Se enfrentó al pecado y lo venció no cediendo a la tentación y
derramando su sangre justa para pagar el precio de los pecadores. Se enfrentó
al adversario y lo venció en la cruz. Se enfrentó a la muerte y la venció al
resucitar. Por tanto, Jesús, el Príncipe de Paz ha sido establecido en el trono
para siempre, tal como se lo prometieron a David, su padre.
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