Dios ¿Cómo Te Describirías?

¿Cómo es Dios?, supongo que sí te lo has preguntado, o bien lo has preguntado.

Desde la antigüedad se han hecho la misma pregunta: "Es como el sol", dijeron los antiguos, "el Dador de la luz y la vida, poderoso y espléndido". "Es como el fuego", afirmaron otros, "calentando, purificando, destruyendo". "No", expresaron otros más, "Dios es como las montañas, majestuoso, alejado de los hombres, inmutable e invariable". Es así como unos tomaron el sol, otros el fuego, y otros más las montañas como su dios.

¿Cómo es Dios?, ¿por qué no preguntarle a Él mismo? ¡Dios!, ¿cómo te describirías? Y la respuesta sería:

1. Soy ¡Yaveh! ¡El Señor!; es decir, no hay nadie arriba de Él. No es un señor, es El Señor. 
2. ¡Dios de compasión y misericordia! Dios no sólo ve y entiende lo que te pasa (empatía), sino que tu sufrimiento lo mueve a la acción de aliviar o reducir tu sufrimiento. 
3. Soy lento para enojarme. Dios no es gruñón, no anda cazándote para ver en qué momento fallas y echártelo en cara. No anda buscando al que anda pecando para castigarlo. ¡Sí se enoja!, pero está más interesado en perdonar que en castigar. Está anhelando el arrepentimiento del hombre más que su destrucción. 
4. Estoy lleno de amor inagotable y fidelidad. La naturaleza de Dios es Amor, jamás se acaba, nunca deja de amar; pero sobre todo es un amor fiel y verdadero. No importa cuán infieles seamos, Él permanece fiel.

Dios, ¿cómo te describirías? Él te dirá: ‘¡Soy el Señor! No hay nadie que se me compare, y ¿sabes cuál es la motivación de todo mi amor fiel e inagotable? ¡Tú! Pese a tus errores y debilidades, espero siempre tu arrepentimiento porque te entiendo y aun cuando tropieces y caigas me verás correr para tenderte la mano, levantarte, curar tus heridas y seguir amándote.’