Tu Abogado

Tu Abogado
¿Tienes Derecho A Guardar Silencio?
Descubre esta hermosa imagen que Juan nos da del Señor Jesucristo

Él (Jesús) es el sacrificio que fue ofrecido por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo (1 Juan 2:2)

Me encantan las series de policias. Y obviamente la escena que nunca se olvida es cuando atrapan a alguien con las manos en la masa. "Quedá usted arrestado. Tiene derecho a guardar silencio, o todo lo que diga será usado en su contra". Y eso me hizo recordar que como cristianos nos llegamos a sentir así cuando le fallamos al Señor.

No me digas que nunca te ha pasado que cuando fallas al Señor. Te entra una verguenza, culpa y temor de que Dios ya no te quiera hablar. Es como si el diablo viniera a ti, en el momento en que estás pecando y te grita: "Ya te cayó la judicial, si se entera Dios, ¡uy mejor no digas nada! Tienes derecho a guardar silencio, no digas nada. Y te irá mejor." Y muchos lo hemos creído. Pero te recuerdo una cosa... él no es tu abogado, él es el acusador.

En todo juicio hay un acusador (llamado demandante), un acusado (demandado), un juez, abogados, testigos, entre otros. Pero me enfocaré en los personajes más comunes: el demandante que es el diablo que busca que tú (el demandado) seas castigado por tu pecado. Y el juez es el Padre Celestial. Ahora viene el personaje más importante, tu abogado, que es nada más y nada menos que Cristo.

Para que tu abogado pueda defender tu causa tienes que hacer algo muy importante: Decirle todo lo que pasó, sin omisión alguna, sin mentira alguna, sin maquillar absolutamente nada para que pueda presentar la defensa adecuada que te llevará a la libertad. ¡Ah! Por eso la Biblia nos dice: la verdad te hará libre.

Y es que lo sorprendente es que en este caso, el Padre (el juez) pasará por alto tu pecado y tu debilidad. Ahora no quiero decir que podemos pecar una y otra vez, ¡no! Dios desea que actuemos de manera correcta y santa. Por eso el apóstol Juan dijo: "les digo esto para que no pequen"; y continúa recordándonos que también hizo una provisión para las ocasiones en que fallásemos de tal forma que podemos confiar en que Su amor continua porque "si alguno peca, tenemos un abogado ante el Padre: a Jesucristo el justo".

Muchos, en esas ocasiones en que fallamos, dudamos del amor de Dios porque el adversario utiliza esto para acusarnos, nos hace sentir inmerecedores del amor de Dios. Te tratará de convencer de mantenerte callado. Pero tu abogado, Jesucristo, es más poderoso que tu adversario. Él ha cancelado la deuda por tus pecados, pasados, presentes y futuros. No importa cuál haya sido tu falla o tu pecado, tú tienes un abogado que te recuerda que Él ya pagó la deuda por tu pecado, que el Juez va a declararte justificado por lo que tu Abogado ya hizo mucho tiempo atrás, que Dios te sigue amando, que te acepta completamente. Tan sólo tienes que contar todo lo sucedido: "porque si confesamos a Dios nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad" (1 Juan 1:9).

¿Confiarás en tu abogado y confesarás lo sucedido? o ¿Confiarás en tu acusador y mantendrás la boca cerrada?

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