Debe Vivir El Padre Para Que Viva La Familia


Hace muchos años, este varón que ves en la foto, compartiendo el tema de la Espiritualidad del Padre en la 'Escuela Para Padres', vivía en las garras del alcoholismo. Sufriendo porque no podía dejar el alcoholismo, pese a que sabía cuánto daño se estaba causando a sí mismo y a su familia.

Cierto día a mí, su hijo mayor, me dijo: ¡Hijo tú no vayas a emborracharte! Difícil de cumplir cuando su ejemplo era más obvio que iba a seguir. Pero hubo algo que me dio, y que me ayudó a jamás 'emborracharme' (aclaro que sí probé el alcohol, pero jamás me embriagué): fe en Dios.

Este varón, sabía muy en el fondo de su corazón que si alguien podía evitar que su hijo fuese como él, o cometiese los mismos errores que él, era Dios. Ya en una ocasión habían recurrido a él para que su primogénito no muriese en los tres primeros meses de vida (esa historia luego se las cuento) y lo salvó; así que sabía que la fe en DIOS era lo único que podía ayudarnos.

Junto a mi madre, que curiosamente se llamó Fe, nos inculcaron desde pequeños la importancia de tener presentes a Dios en todas las cosas, clamar a Él en los momentos difíciles, de orar y poner por obra su voluntad. Mis padres estaban muy lejos de ser perfectos, yo sigo estando muy lejos de ser perfecto ahora que soy padre, pero pude vivir lo importante que es poner a DIOS como centro del hogar. ¿Por qué lo digo con tanta certeza y orgullo?

Hoy, este varón que ves en la foto, con la ayuda de Dios dejó el alcoholismo. Y Dios lo usa para ayudar a otros a salir de allí, para que familias sean restauradas tal y como su familia lo fue también por Dios. Hoy sus hijos, nos sentimos sumamente orgullosos de tenerlo como Papá en esta vida. Y ya ni que decir de quién fue nuestra amada y hermosa mamá: Fe, que no sólo nos dejó un su recuerdo sino su nombre en el corazón: fe en Dios.

¿Quieres que tus hijos sean mejores que tú? ¿Quieres que tu familia sea mejor que aquella en la que creciste? Toma en cuenta esto: ¡Debe vivir el padre y la madre para que viva la familia! Y para que el padre y la madre vivan, necesitan tener a Dios en sus vidas, a Cristo como motor de su vida, porque Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida.


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