Atrapado Sin Salida

Atrapado Sin Salida
En la ratonera ha caído un ratón, con sus dos pistolas y su traje de cowboy...
Tú y yo estábamos atrapados por el pecado y eso nos llevaría a la muerte, pero tenemos un campeón.

Porque Él te libra del lazo del cazador y de la pestilencia mortal. (Salmo 91:3)

En cierta ocasión, mi papa colocó una trampa para ratones en mi cuarto y sin querer encontré la trampa en el momento en que estaba dentro un pequeño ratoncito. Me dio tanta ternura verlo allí temblando que se me ocurrió sacar la trampa y llevarlo afuera de la casa, abrí la puertecita y lo dejé huir. No me di cuenta que mi papá estaba detrás de mí y me dijo: “Ajá, al menos pude atrapar al cómplice”. Obviamente mi papá me regañó, pero para el ratoncito fue muy bueno haber tenido un campeón.

Nosotros también tenemos un campeón: Jesucristo. Estábamos atrapados en el pecado, atrapados sin salida, tan sólo esperando a ver qué pasaba. Temerosos, sin esperanza. Pero lo que pasó fue que el amor salvador del Mesías hizo acto de presencia, nos liberó de la trampa, y aún continúa protegiéndonos cada día. Gracias a Dios por que vino a dar su vida para rescatarnos del lazo del pecado. Porque mientras anduvimos a nuestra manera, fuimos atrapados, pero ahora contamos con su guía para evitar todas las trampas y vivamos libres y llenos de amor y gozo.

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