Enemigo En Casa

¿Durmiendo Con El Enemigo?
¿Sabías Que Tienes Un Enemigo En Casa?
Descubre porque debes cuidarte de lo que los Medios de Comunicación ofrecen


Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él brota la vida (Proverbios 4:23)
Y si te digo que cada día a tu casa, a tu cuarto, a tu hogar entra una gran legión de enemigos que tratan de seducirte. ¡Es verdad! Cada día voces e imágenes hacen que te alejes de tus padres, tus hermanos y hasta de Dios, y te llegan a través de la televisión, cable, Internet, email, blogs, Chat rooms, radio, revistas, periódicos, música, películas, libros y videojuegos. Los medios compiten por la atención y cariño que debes tener por tus padres y por Dios sobre todo.

Los medios siempre quitarán tiempo a tu relación personal con Dios y con tus seres queridos. Checa cuántas horas pasas viendo televisión o frente a la compu o al XBox. Ahora piensa en todas las otras cosas que podrías estar haciendo en ese tiempo.

Lo que hacen los medios es distorsionar tu sentido de la realidad, creando expectativas irracionales de los demás. Y es que es tan común que los medios de comunicación nos presenten una imagen distorsionada de las relaciones.
Por ejemplo: en las pelis o programas de tele se nos muestra un hombre o una mujer enamorándose, teniendo sexo y luego casándose para vivir felices. O adolescentes enamoradas y quedándose con hombres o mujeres más grandes que ellos. Ahora imagínate lo que pasa cuando constantemente metemos esa imagen en nuestra cabeza, al poco tiempo verás que creerás que eso “es lo normal”, y lo peor de todo, buscarás vivir tu propia fantasía igual a lo que ves. ¿Ahora vez porque tantas chicas y chicos hoy buscan tener sexo o relaciones con personas mayores?
También podemos ver adolescentes gritándole a sus padres o peleándose con ellos, desobedeciéndoles y yéndose de casa. Tan sólo porque vieron en la tele, en pelís o videos a otros chicos haciendo eso.

Los medios facilitan la fornicación emocional a través de la pornografía, del sexting, del cibersexo y todo lo erótico que está en Internet, en pelis, etc. No quiero decir con esto que Internet sea malo, hay muchos beneficios, pero los riesgos también están presente. Todos estos peligros dañan mental y emocionalmente. Y aun hay más peligros cuando usas los Chat rooms para conocer extraños e intimar o tener conversaciones, incluso imágenes o cam, sexuales o eróticos.

Cómo Dominar A Este EnemigoTienes que conocer en qué crees. ¿Cómo podrás distinguir la verdad de las mentiras que muestran los medios si no conoces la Verdad que está en las Escrituras?

Tienes que saber lo que las Escrituras enseñan acerca de guardar el corazón, para que te animes a apagar la tele, la peli o la compu.

Sé agresivo, no pasivo contra este enemigo. Los medios pueden meterse y dormir en tus ojos, oídos, mente, corazón e incluso tu familia si lo permites. ¡Ponte estándares!

Guarda tu corazón y tu mente. Si te permites crear fantasías acerca del amor como en los medios se te pintan, muy pronto te toparás fornicando o haciendo cosas que jamás pensaste.

No dependas de lo que los medios digan acerca de las películas. Consulta mejor con otras personas que comparten tus mismos valores y creencias. Pregunta con otros cristianos.

Controla tu acceso a Internet. Suscríbete a algún programa que bloquee páginas con contenido sexual u ofensivo. Utiliza o pon tu computadora en un lugar público de tu casa. No te conectes en altas horas de la noche.

Considera ayunar acerca de tu uso de los medios de comunicación que te están afectando. Considera también dejar de usarlo. ¿Has intentado estar una semana sin ver tele, sin chatear, sin jugar, etc? ¿Cómo mejoraría tu relación con Dios y con tu familia si lo haces? Déjame decirte que te estás perdiendo de muchas actividades divertidas y sanas por pasar mucho tiempo de flojera “clavado” en esos medios.

Y por ultimo hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, todo lo que es respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es digno de admiración; piensen en todo lo que se reconoce como virtud o que merezca elogio. (Filipenses 4:8)