300

Un Caso De La Vida Real
¿Enfrentarías 300 guerreros contra 100,000 esperando ganar la batalla?
Descubre como la película 300 está basada en un caso de la vida real

“Gedeón los reunió junto a las aguas. Allí el Señor le dijo: Divídelos en dos grupos según la forma en que beban. En el primero grupo estarán todos los que tomen el agua en sus manos y se la lleven a la boca y la laman como los perros. En el segundo grupo estarán los que se arrodillen y beban poniendo sus bocas en la corriente.” Jueces 7:5

¿Enfrentarías un ejército de 100,000 con sólo 300 hombres? ¿Suena tonto? Para mí, pensándolo bien, me sonaría a prepotencia. Casi casi como diciendo: “Es que mi ejército es tan bueno, que sólo necesito 300 para acabarlos”. Y eso es exactamente lo que pasó con Gedeón. No era suficientemente malo ir con 10,000 contra 100,000, pero para Dios esto era demasiado. Él no permitiría a Gedeón ir a pelear con tantos soldados, por la tentación de creer que la victoria se debía al maravilloso ejército con el que contaba. Así que Dios redujo el ejército de Gedeón a 300 soldados solamente. Con esto, se aseguraba que sólo Dios se llevaría el crédito total de la victoria. Esta es una ley del Reino de Dios: “Toda la gloria es para Él”.

Ahora, esto no significa que los 300 eran malos. Al contrario. Mira cómo fue el proceso de selección. Primero el Señor le dijo a Gedeón: Haz que todos los que tengan miedo y tiemblen vuelvan a sus casas. Y veintidós mil se fueron. Solamente se quedaron diez mil (Jueces 7:3).

Ahora quedaban tan solo 10,000; pero aun así eran demasiado. Entonces Dios dio un muy interesante método de selección: Separa aquellos hombres que agarren agua en la mana y la beban lamiendo como perros (Jueces 7:5b). ¿Qué significaba esto? Aquellos soldados que bebieran agua a lamidas como los perros serían separados de los que doblaran sus rodillas para beber. Y es que los que bebieran a lamidas eran hombre que estaban alertas al peligro alrededor de ellos, y mantenían la vista en vigilancia. Los otros, fácilmente podrían ser atacados.

Si tú y yo queremos ser parte del escuadrón especial del Señor, debemos estar preparados siempre para la batalla. Debemos ser sensibles al peligro espiritual alrededor de nosotros. Debemos estar entrenados para hacer nuestro trabajo, para estudiar, para hacer nuestras labores diarias, y al mismo tiempo, discernir cuando el enemigo esté alrededor merodeando para tratar de destruirnos. “Tengan cuidado y estén siempre alertas, pues su enemigo, el diablo, anda como león rugiente buscando a quién devorar”. (1 Pedro 5:8). Seamos como esos 300, siempre alertas al peligro espiritual alrededor.

Comentarios

Pastora Nitza ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pastora Nitza ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

Los más leídos