La Vida Es Una Batalla

Hace mucho tiempo, cuando la tierra aun no existía como la conocemos, hubo un ángel en el cielo, muy especial. Este era hermoso, excelente músico e incomparable. Era el arcángel más hermoso de todos. Pero un día su ego lo llevó demasiado lejos y quiso quitarle el trono a Dios.

Comenzó una revuelta, juntó un gran número de ángeles en su ejército con mentiras. Los incitó para que juntos derrocaran a Dios, y así este ángel se sentara en el trono. Pero fue vencido y lanzado a la tierra. Desde entonces, él ha levantado su cuartel en nuestro planeta. Y ha conjuntado un ejército de demonios con el único fin de destruir la obra más preciada y maravillosa de Dios: el ser humano. Este ángel se llama: Satanás, y es nuestro adversario.

Todos desde que somos chavos, tenemos sueños y grandes anhelos. Deseamos conquistar el mundo, ser populares y famosos. Ser excelentes profesionistas, empresarios exitosos, grandes deportistas, músicos, etc. Ayudar a nuestra familia, a nuestros amigos, contribuir a la paz mundial, etc. Pero al ir creciendo y madurando, comenzamos a descubrir que nos enfrentamos a un mundo, influenciado por satanás, engañado que quiere vernos fracasar.

Entendemos entonces que el problema no es nuestro mundo, ni la sociedad. El problema es ese ángel rebelde que ejerce dominio temporal sobre la tierra. Es un ser que aborrece a Dios y a todo lo que Él representa, principalmente a su creación: la humanidad. Un ser que se rebeló contra Dios y que desea destruir a la humanidad, se constituye en nuestro enemigo.

Pero nuestro Padre Dios envió a su Hijo Jesucristo como Capitán de su ejército para derrotar al enemigo, para ello le concedió en la tierra de Israel su cuartel. Y Jesucristo se hizo hombre y se enfrentó al enemigo venciéndolo, ya que Satanás no pudo hacer que pecara. El enemigo y todo un equipo de las fuerzas del mal lo mandaron a capturar y en medio de un juicio injusto y lleno de mentiras y falsos testimonios, lo sentenciaron a la muerte crucificándolo en la cruz, haciéndole sufrir una muerte horrible. Satanás y su ejército equivocadamente festejaban su muerte; pero al tercer día, Jesucristo resucitó, venciendo a la muerte, arrebatándole a satanás las llaves de la prisión.

Hoy, nuestro capitán Jesucristo dirige estratégicamente al ejército de Dios desde Su trono. Y tú, has sido llamado a pertenecer a sus filas. Has sido llamado para ser un soldado del ejército de Jesucristo.

Comentarios

Los más leídos