La oración

Las lágrimas nublan la vista,
la oración te permite ver que Dios está a tu lado.

"Estoy agotado de tanto llorar; toda la noche inundo mi cama con llanto, la empapo con mis lágrimas.
El dolor me nubla la vista; tengo los ojos gastados a causa de todos mis problemas y enemigos." (Sal 6:6-7)

¿Te suena familiar? ¡Estoy seguro que sí!, a mi me pasa muy seguido... y me pasaba aún más en mí época de "autosuficiencia", en aquella etapa en la que pensaba y pretendía que podía enfrentar a "todo" el mundo solo. 
Afortunadamente descubrí que hay alguien que no sólo tiene la capacidad de resolver cualquier cosa... recalco: cualquier cosa, incluyendo aquellas que son "imposibles"; y ese alguien está muy cerca de mí, y se acerca aún más en los momentos más difíciles de la vida. ¿Para qué? Para tenderme la mano, para ayudarme. Y lo hace, pese a que seguramente vio las muchas veces que golpee la mano de aquellas personas que intentaron ayudarme, alejándolas diciéndoles cosas como "lárgate, puedo solo, no necesito tu ayuda". 
Ya he vivido lo suficiente como para reconocer que hay situaciones que sobrepasan mi capacidad (también la tuya, no es así), y que con la vista nublada por las lágrimas he tomado peores decisiones; y ¿dónde estuvo Dios? En el mismo lugar de siempre, parado a mi lado y a tu lado, pero es tan respetuoso que te tiende la mano y espera que tú le digas: ¡gracias! y la tomes aceptando su ayuda (aunque lo contrario es que muchas veces también lo hemos ignorado y ha respetado nuestra decisión). 
Descubrí que en esos momentos, en los que los problemas (y a veces enemigos) me superan; en los que el dolor es tan intenso que se me nubla la vista con lágrimas; en los que la depresión es tanta que incluso pensaba que no valía la pena vivir; DIOS ha estado siempre a mi lado... lo único que tuve que aprender a hacer es ORAR, es decir, platicar con Él, compartirle mi sentimiento, mi sufrir, expresarle mi frustración, mi enojo, mi molestia, etc. He entendido que la oración es la forma de hacer a un lado mi orgullo, tomarme de su mano y apoyarme en su brazo o en su pecho.
Y lo más maravilloso es que no sólo ESCUCHA, sino que responde. Después de esos momentos de ruego y oración... me he podido levantar y decir:

"Váyanse todos los que hacen el mal, porque el Señor ha oído mi llanto.
El Señor ha escuchado mi ruego; el Señor responderá a mi oración." (Sal 6:8-9)

Te invito a que pruebes... cuando las lágrimas te nublen la vista, permite que la oración, te permita ver que DIOS está cerca de Ti para ayudarte.

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