Dios No Miente



Como seres humanos tenemos la tendencia a hablar sin pensar, a prometer sin pensar en la posibilidad de no cumplir, a incluso después arrepentirnos y faltar a nuestra palabra porque hemos cambiado de parecer. Y esto nos lleva a no comprender todo lo que Dios hace o ha hecho.

Por ejemplo, ¿por qué Dios puso el árbol con el fruto perdido si sabía que el hombre lo comería? Porque Dios deseaba relacionarse con un ser con libre albedrío, que lo amara y obedeciera por su propio deseo y no porque no tuviera otra opción; y aunque esto daba pie a la posibilidad de que entrara el pecado, Dios no se arrepintió o cambió de parecer en cuanto a darle el señorío y libre albedrío al ser humano.

Pero Dios ya había dicho que si comían del fruto vendría la muerte. ¡Y no era mentira! Ya que Dios dijo que el precio a pagar por el pecado es la muerte. Pero también prometió que vendría un salvador, alguien que acabaría con el dominio que ahora tendría satanás. Y aunque eso significaba que el Salvador, que sería su propio hijo, tendría que sufrir físicamente, morir cruelmente para pagar el precio del pecado, no se arrepintió o cambió de parecer en cuando enviar a Jesús.

Y es que se hizo la promesa de que satanás y todos los que junto a él le aborrezcan serán también aborrecidos por Él. Por eso el Señor también ha prometido dar la salvación a todo aquél que deposite su fe en lo que hizo su Hijo Jesús, y aunque imperfectas personas como tú y yo, que fallamos y que somos infieles en muchas ocasiones venimos a Él, Dios no se arrepiente ni cambia de opinión en cuanto a su promesa, así que continúa perfeccionando su obra redentora en nosotros. Hasta que lleguemos a la estatura de su Hijo Jesús. Y como ya te mostré, no está mintiendo y tampoco cambiará de parecer. Todo lo que habló, lo hará. Todo lo que prometió, lo cumplirá.

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