Aprende A Disfrutar La Vida
Para Aprender A Disfrutar La Vida…
Mantén Pureza Sexual
Vivimos en una sociedad llena de tentaciones, distracciones y desviaciones sexuales. Eres bombardeado con imágenes e información que enaltecen las relaciones sexuales fuera del matrimonio. De hecho, cada día sufres de problemas y presión que no sufrían los que ahora somos adultos. Y es que en cada esquina tú te toparás con este mensaje: “ten sexo antes del matrimonio, es lo normal, es divertido y con anticonceptivos es seguro”. Lo que es una gran mentira que ha traído terribles y trágicas consecuencias: más embarazos no deseados, más abortos, más madres solteras, más enfermedades de transmisión sexual. Y qué decir del sexo fuera del matrimonio, ahora resulta que ya la esposa no tiene derecho a reclamar al esposo si éste sostiene relaciones sexuales fuera del matrimonio. ¿Por qué? Porque, al parecer, tener sexo fuera de matrimonio no tiene nada de malo. Error, matrimonios disueltos e hijos sufriendo por la separación de los padres.
Mantener pureza sexual no es una tarea fácil. En primer lugar y sobre todo, porque es parte del plan de Dios para cada persona. Desde el principio el hombre y su esposa estaban desnudos y no se avergonzaban (eran inocentes) porque tenían pureza sexual. No había recuerdos que les lastimaran, ni comparaciones, ni fracasos anteriores, ni pornografía en la mente que les afectara. Mantener la pureza sexual es lo mejor y lo más listo que puedes hacer.
Dios tiene un plan maravilloso para tu vida, ese plan incluye tu pureza sexual. Para que disfrutes tu sexualidad a plenitud dentro del matrimonio. Hazte un gran favor: toma tiempo para pensar cuidadosamente acerca de lo sabio que es esperar hasta el matrimonio. Es tu decisión, pero elige sabiamente.
Así que el día de hoy dile al Señor: Querido Dios, Tú deseas que honre y guarde mi cuerpo y mi mente en pureza. Ayúdame a poner la mirada y mi corazón en tu Voluntad. Ayúdame a soportar las pruebas y tentaciones y vivir en pureza sexual.
La voluntad de Dios es que sean santos, entonces aléjense de todo pecado sexual. Como resultado cada uno controlará su propio cuerpo y vivirá en santidad y honor, no en pasiones sensuales como viven los paganos, que no conocen a Dios ni sus caminos. (1 Tesalonicenses 4:3-5)
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