¿En Que Te Pareces A Pinocho?
¿Qué tiene que ver Pinocho contigo?
Continúa leyendo y descubre lo que un muñeco de madera te puede enseñar acerca de tu propósito en la vida.
"Yo les he dicho: Ustedes son dioses e hijos del Altísimo" (Salmo 82:6)
Para los más chavos Pinocho es un muñeco de madera que aparece en Shrek y que le crece la nariz por decir mentiras en cuanto a la ropa interior que usa. Pero ¡no! No es a eso en lo que te pareces a Pinocho. Y es que los que somos un poco más avanzados de edad, Pinocho nos recuerda una tierna y hermosa historia.
En un taller de carpintería se podía ver muchísimas obras maravillosas esculpidas en madera, relojes cucú, barquitos, etc. Pero en la mesa de trabajo estaba un viejecito esculpiendo con mucho cuidado y mucho amor un precioso muñeco de madera. Estaba dando los últimos retoques cuando los relojes marcaron las 8 de la noche. El viejecito contempló el muñeco y le dijo tú serás mi hijo y te llamarás Pinocho.
Este hombre quería alguien a quien amar y a quien cuidar, enseñar y guiar, y poder compartir su tiempo con él. Pinocho era la respuesta a las oraciones de este hombre solitario ya que lo creó para que fuera su hijo. Al final de la historia, a pesar de que Pinocho se alejó de la casa de su padre atraído por los placeres del mundo, el amor de este viejecito pudo conceder vida al muñeco de madera. Llegó a ser un niño de verdad.
De igual manera Dios un día le dio forma a un poco de barro, y no sólo le dio forma, sino que le dio forma a Su imagen y Su semejanza. Y lo maravilloso es que creó Hombre Y Mujer para que estuviesen con Él para siempre. Los llenó de cosas maravillosas, de hecho todo lo demás que había creado era para ellos. Dios los hizo para amarlos, cuidarlos, guiarlos, enseñarles. Hizo al hombre tan sólo un poco menor a Él mismo. Y nos llamó dioses y sobre todo: hijos. El sello de la creación.
A los ojos de Dios somos lo máximo de Su creación. Tú tienes un propósito divino, para esto te creó Dios: para que vivas con Él por la eternidad, para ser llamado hijo suyo, para que cumplas con todas las expectativas que Él tiene para ti. ¡No permitas que nada robe el propósito que Dios tiene para ti!
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"Yo les he dicho: Ustedes son dioses e hijos del Altísimo" (Salmo 82:6)
Para los más chavos Pinocho es un muñeco de madera que aparece en Shrek y que le crece la nariz por decir mentiras en cuanto a la ropa interior que usa. Pero ¡no! No es a eso en lo que te pareces a Pinocho. Y es que los que somos un poco más avanzados de edad, Pinocho nos recuerda una tierna y hermosa historia.
En un taller de carpintería se podía ver muchísimas obras maravillosas esculpidas en madera, relojes cucú, barquitos, etc. Pero en la mesa de trabajo estaba un viejecito esculpiendo con mucho cuidado y mucho amor un precioso muñeco de madera. Estaba dando los últimos retoques cuando los relojes marcaron las 8 de la noche. El viejecito contempló el muñeco y le dijo tú serás mi hijo y te llamarás Pinocho.
Este hombre quería alguien a quien amar y a quien cuidar, enseñar y guiar, y poder compartir su tiempo con él. Pinocho era la respuesta a las oraciones de este hombre solitario ya que lo creó para que fuera su hijo. Al final de la historia, a pesar de que Pinocho se alejó de la casa de su padre atraído por los placeres del mundo, el amor de este viejecito pudo conceder vida al muñeco de madera. Llegó a ser un niño de verdad.
De igual manera Dios un día le dio forma a un poco de barro, y no sólo le dio forma, sino que le dio forma a Su imagen y Su semejanza. Y lo maravilloso es que creó Hombre Y Mujer para que estuviesen con Él para siempre. Los llenó de cosas maravillosas, de hecho todo lo demás que había creado era para ellos. Dios los hizo para amarlos, cuidarlos, guiarlos, enseñarles. Hizo al hombre tan sólo un poco menor a Él mismo. Y nos llamó dioses y sobre todo: hijos. El sello de la creación.
A los ojos de Dios somos lo máximo de Su creación. Tú tienes un propósito divino, para esto te creó Dios: para que vivas con Él por la eternidad, para ser llamado hijo suyo, para que cumplas con todas las expectativas que Él tiene para ti. ¡No permitas que nada robe el propósito que Dios tiene para ti!
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