Mi hijo, tiene problemas con las redes sociales?


 

Hoy en día parece que los niños nacen con el celular integrado. Es increíble que estos aparatos, cada día son más ligeros y fáciles de portar, pero aparentemente son más pesados porque que impiden a las personas de esta generación poder levantar el rostro.

Pasar demasiado tiempo usando las redes sociales puede ser perjudicial para la salud mental, emocional y espiritual de tu hijo. Por lo que resulta importante que como padre seas consciente del uso y hábitos de las redes sociales de tus hijos, especialmente porque se ha convertido (y lo será aún más) en una gran parte de sus vidas. Ahora bien, ¿cómo puedes saber si tu hijo tiene problemas o está abusando de las redes sociales? Hazte las siguientes preguntas:

1. Mi hijo se ha vuelto muy (o más) vanidoso?
Los adolescentes hablan con muchas personas a la vez, y la vanidad se ha convertido en uno de los mayores efectos secundarios de las redes sociales. Basta con echar un vistazo a la cuenta de Instagram de tu adolescente: ¿Cuántos selfies ves? ¿Cuáles son los subtítulos? Echa un vistazo a sus cuentas de Twitter y Facebook. ¿Con qué frecuencia los mensajes de estado o los tweets revelan vanidad o una mentalidad egocéntrica? Las imágenes, los tweets y las actualizaciones de estado pueden brindar una visión única de lo que sucede dentro de la cabeza y el corazón de su hijo adolescente (recuerda, de la abundancia del corazón teclean los dedos). 
¿Qué hacer? Habla con tus hijos acerca de lo que crees que es el orgullo y cuáles son las consecuencias del mundo real. Comparte con ellos lo que significa la humildad y el valor de vivir una vida que no esté enfocada en uno mismo o en las apariencias (no olvides que para Dios siempre es más importante el corazón). 


2. Mi hijo se vuelto muy chismoso o agresivo?
Las redes sociales proporcionan un entorno en el que a las personas se les facilita decir cosas que no dirían a la cara de alguien. Esconderse detrás de un teclado puede dar a las personas una falsa impresión de que sus palabras no tienen consecuencias porque no son parte de la "vida real". Si la vida en línea de tu hijo adolescente parece un reality show de televisión lleno de drama y peleas, es tiempo de intervenir. No lo consideres como algo inofensivo. 
¿Qué hacer? Haz saber a tu hijo que el chisme puede destruir relaciones y vidas. Que comentarios ofensivos, agresivos, maldiciones, palabras altisonantes, hieren y, aunque se quiera remediar, dejan cicatrices que no podrán solucionarse con un simple "lo siento". Enséñale a no publicar nada mientras esté enojado, sino que piense bien antes de escribir.

3. Mi hijo comparte demasiada información?
Una de las mejores cosas de las redes sociales es la capacidad de mantenerse en contacto con viejos amigos y también de conocer a alguien que de otra manera jamás podrías haberlo conocido. Las personas a menudo basarán sus percepciones de tu hijo adolescente por lo que publican en línea, ya sea otro adolescente, un padre o un posible empleador. La honestidad es genial, pero compartir en exceso no lo es. 
¿Qué hacer? Hazle saber a tu hijo que no es una buena idea hacer públicos los asuntos familiares privados, desahogarse sobre problemas de relación, compartir imágenes que puedan ser vergonzosas en el futuro o publicar mensajes atacando a alguien más. Los adolescentes deben comprender que lo que publican en línea ahora podría seguirlos por el resto de sus vidas.

 
 
4. Mi hijo revisa constantemente su celular?
Este es un problema y no solo para adolescentes. De hecho, es posible que tú mismo pases demasiado tiempo conectado a tu teléfono, aunque quizás me digas que por estar tratando de mantenerte en contacto con tus hijos. Es bueno ser accesible y cortés para responder con prontitud a los mensajes, debe preocuparte el hecho de que tu hijo esté constantemente revisando su teléfono. Debe haber momentos y lugares donde los teléfonos celulares no estén permitidos (en el comedor, en el cuarto y máximo si es la hora de dormir). 
¿Qué hacer? Enseñar a tu hijo que no es necesario estar en una conexión ininterrumpida con los seguidores en línea. Pongan el teléfono a un lado para las comidas y momentos en familia. "Sea quién sea" puede esperar.

 

5. Mi hijo, se ha vuelto antisocial?
Uno de los mayores problemas que ha traído consigo las redes sociales es que la comunicación a través de mensajes de texto y mensajería instantánea causan problemas para mantener una conversación cara a cara. Con frecuencia, los adolescentes usan varias formas de mensajes de texto y mensajes en línea para tener conversaciones superficiales con varias personas al mismo tiempo, lo que dificulta concentrarse en una sola conversación sustancial. Irónicamente, es posible estar en contacto constante con cientos de "amigos" y aún sentirse solo, lo que puede hacer que tu hijo adolescente busque una atención en línea aún mayor pero aún insignificante. Desafortunadamente, si bien puede ser una gran herramienta, las redes sociales también pueden tener el efecto contrario al deseado y hacer que las relaciones sean menos satisfactorias. 
¿Qué hacer? Hazle saber que más "amigos" no significa necesariamente amigos cercanos.

Como padre debes comprender que las redes sociales llegaron para quedarse, así que no ganas nada "prohibiéndoles el uso de estas" (además que seguramente lo usarán pero a escondidas). Quizás tú tuviste problemas con los videojuegos: nintendo, play station, o alguna otra diversión: canicas, trompo, etc; que se te hacía un vicio; y tus padres tuvieron que enseñarte cómo administrar tu tiempo y cómo utilizarlos. Bien, pues ahora es tiempo de que ayudes a tu adolescente a cuidar el tiempo que pasa en las redes sociales, y a mantener relaciones saludables ... tanto en línea como en persona. Puedes hacerlo a través de un "contrato de redes sociales" (en el que estipulen los derechos, como las responsabilidades, así como las correcciones en caso de violar alguna regla).

Oro a Dios para que esto te sea útil.
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