Tipos de noviazgos

 

El noviazgo, aun cuando no sea considerada así, es una relación que demanda un pacto de fidelidad. Una relación que, generalmente, tiene como meta o ideal el matrimonio. Por lo que, cuando el noviazgo no resulta como se esperaba, los involucrados terminan heridos.


 
Por lo que resulta crucial, a fin de no correr riesgos innecesrios en el noviazgo, saber elegir bien a la persona con la que se entrará en el noviazgo. Cuando no se da una buena elección, cuando se entra a una relación de noviazgo de manera precipitada, sin darse el tiempo para conocer a la persona. Suelen aparecer diferentes tipos de noviazgos, tales como:

El na’que ver.
Novios que al verlos te dices: “Ve tú a saber porqué se hicieron novios estos dos”, pues no tienen nada en común: gustos, costumbres, creencias, educación, clase social, puntos de vista, amistades, familias, etc. Tal vez se hicieron novios porque gustaron físicamente: la sonrisa, la mirada, es guapísimo o está muy bonita; pero en el fondo piensan diferente con respecto a cuestiones importantes como: el respeto a la vida, el noviazgo y las relaciones prematrimoniales, las creencias religiosas (uno cristiano, el otro no), el trabajo, la familia, etc.
¿Cuál es el problema? Pareja que no tiene intereses en común y no posee la disposición de desarrollarlos y cada uno jala por su lado sin prestar atención al otro... sobra decir que el truene es inminente y necesario.

CC Sabes que la relación no va a funcionar
porque son de mundos totalmente diferentes, pero insistes. 

El empalagoso. 
Siempre quieren estar juntos, no pueden estar ni un momento separados (o sin tocarse). Siempre los ven abrazados, dándose besitos, o secreteándose al oído, y tomados de la mano do’quiera que vayan.
¿Cuál es el problema? El que exista esta parte física, no. Pero si la relación jamás va más allá de la atracción física, pasando por una atracción emocional y llegar al grado de compromiso, no habrá nada que sostenga la relación. Pasarán meses y no conocen en realidad nada importante el uno del otro, porque pasan más tiempo preocupados por los besos y caricias, ¡cuidado! El pecado está a la puerta.


El UFC. 
Esos novios que pasan más tiempo discutiendo, haciendo reclamos, gritándose y hasta lastimándose (golpes incluso). Algunas discusiones son provocadas por celos, o porque alguno de los dos es alguien posesivo y desea que sea exclusivo (que se aleje de amigos), o porque simplemente no tiene autodominio y es de naturaleza agresiva.
¿Cuál es el problema? Pues que si una relación produce más momentos infelices, ¿para qué seguir en ella? No olvides que estar “fuertemente enamorado” de alguien, no significa que sea amor verdadero. Quien te ama de verdad busca tu felicidad, y no hacerte sufrir. Hará todo lo posible por hacerte llorar, pero de felicidad. Y si estamos hablando de golpes, la relación debería terminar no sólo de inmediato, sino levantar una denuncia en contra del golpeador, a fin de evitar que lo haga a alguien más.


El redentor.
Esos noviazgos que inician porque uno de los dos considera que es “el salvador” del otro. P.ej.: el cristiano que quiere ayudar a su novi@ a dejar una vida de sufrimiento y pecado. Piensa que si mantiene su noviazgo con la persona, influirá positivamente para que deje el alcohol, drogas o cigarro, o que hará que se lleve mejor con sus padres, incluso que no tome acciones suicidas.
¿Cuál es el problema? Que uno de los dos se considera superior al otro (soy el bueno ayudando al malo; soy la enfermera atendiendo al herido). Además, el único que puede hacer cambiar a alguien, no es el amor romántico, es Dios. Por mucho amor que se tengan o se puedan dar, jamás cambiará por ello. ¡Ninguno de los dos es Dios! Primero deben vivir, cada uno, una relación personal con el Señor, el único que en verdad puede “salvar”.


El prematuro. 
Estos son los novios que inician desde muy chavitos y que, obviamente, les falta mucho tiempo (y en algunos casos deseos) para casarse (y no debes olvidar el hecho de que el noviazgo es prepararse en conocimiento y aceptación para un posible matrimonio). Aún les falta terminar la secu, la prepa, la uni y trabajar unos dos años, mínimo, para juntar algo de dinerito.
¿Cuál es el problema? Se brincan etapas (amistad, encuentros casuales, amistad especial, noviazgo, compromiso privado, compromiso formal) a las que más tarde querrán regresar, y las cosas suelen volverse monótonas y aburridas, uno de los dos puede hartarse y dejar al otro por alguien más.

 
El Mickey&Minnie
Novios en el que uno de los dos trata a su novi@ como si fuera uno más de sus amig@s. De hecho, prefiere andar con sus amigos en partidos, en eventos, fiestas, etc. Y aunque pide que lo acompañe, en tales eventos suele dejarla abandonada la mayoría del tiempo. Todo esto nos conduce a un noviazgo casi eterno, porque no desea dar el paso de compromiso serio. Y si el novi@ se molesta y reclama por la situación, argumenta "que necesita libertad", "que necesita su espacio", "que no considera que vaya a funcionar si sólo quiere tenerlo acaparado", "que necesita primero terminar sus estudios y trabajar unos dos años más", etc. Así que la/el pobre incaut@ tiene que aguantarse horas esperando a que termine el partido o decida despedirse de sus amigos, pues no hay otra forma de pasar tiempo con "su amor". Pero eso sí, en el momento que el incauto decide también salir a pasear o ir con sus amigos, se le hace de tos. L@ tacha de insensible, de no amarle o respetar la relación, etc.
¿Cuál es el problema? La etapa de noviazgo debe ser una etapa que lleva a un conocimiento más profundo de los intereses y visión de la vida y del futuro de la otra persona, a fin de poder saber con claridad si es la persona adecuada para pasar con ella el resto de la vida. Esto jamás se logrará si no hay momentos para platicar de cosas importantes para ambos, o si siempre está evadiendo el asunto diciendo que aun no está listo.


El Peor Es Nada
Llega un momento en el que todos comienzan a presumir que ya tienen novi@. Se hace viral el asunto. Pero, curiosamente, tú sigues sol@. No pescas ni siquiera un resfriado. Así que caes en la desesperación de aceptar al primer prospecto que te endulce el oído con palabras de amor. ¿Por qué? Porque te sientes aislado, tus amigos están más concentrados en su pareja y se siente feo. Llegas a casa y ya no recibirás mensajes ni saludos de tus amig@s porque están ocupados hablando con su novi@, y si te invitan a salir irán con sus novi@s y tú... bueno, pues solo. Sentirse así es normal. Lo que no es normal es lanzarte a una relación sólo porque los demás tienen novi@. Y, aunque muchos de ellos te dirán: "hazle caso a fulanit@, harían buena pareja".
¿Cuál es el problema? La urgencia jamás será buen consejero, y mucho menos una buena razón para tener un noviazgo. Sería muy injusto para la otra persona, o piénsale, ¿cómo te sentirías tú si fueses el elegido por alguien, porque no le queda de otra? Si lo que buscas es simplemente compañía para no sentirte tan sol@, es mejor que le digas adió a ese novi@. No estás siendo justo y eso no se vale; tarde o temprano te vas a arrepentir y será más difícil, y doloroso, terminar la relación. Consejo: busca más amigos y sal a pasear con ellos. Ten una mascota (considera el hecho de que Dios, antes de traerle a la mujer a Adán, le trajo animales). Recuerda que un noviazgo es un compromiso de aceptación, respeto, fidelidad y amor.



El Carcelero
Debe ser horrible estar vigilado las 24 horas del día, sin poder hacer todo lo que te gusta o se te antoje, vivir con el temor de que alguien a tu lado te haga daño, o que te golpeen por puro antojo. Bueno, pues cosas así se escuchan acerca de aquellos que han estado en una cárcel. ¡Fue horrible! Bueno, pues muchos viven algo similar en su relación de noviazgo. Encerrados por su pareja, la que nos les permite hacer nada, por temor a perderlo (sin darse cuenta que justo esa falta de confianza es que no puede crecer la relación y finalmente se perderá). No la deja salir con sus amig@s (porque no confía en ellos, o solo salen a ligar); no la deja ponerse ropa ajustada o que resalte sus atributos corporales (y no es por el concepto de la Biblia de vestir decorosamente) y llega al extremo de no permitirle que se maquille o se ponga bonita; convulsiona si se entera que habló con alguien del sexo opuesto por teléfono o al ver quien comentó o dio like a sus fotos o publicaciones; y ya ni qué decir si es el ex. Hace complot para que otros le digan con quién estuvo o con quién habló.
¿Cuál es el problema? Si eres tú el carcelero, tienes un problema de autoestima y puede ser porque no te consideras lo suficientemente bueno o atractivo; o porque tu relación sólo consiste en lo físico, que temes no poder mantener a tu pareja a tu lado. Así que usas muchas artimañas para retenerla; sin embargo, esto te perjudicará y también a tu pareja tarde o temprano, pues a nadie le gusta estar con quien duda de sí misma. Por otra parte, una relación así destruye la personalidad de la persona amada (y se deja de amar, porque ya no es la persona de quien se enamoró). Hablen de sus miedos y si la cosa sigue igual, pues mejor terminen la relación.


El misionero
Todos en algún momento llegamos a sentir como que Dios se olvidó de nosotros y mandó muy lejos a nuestro "idóne@". Algunos desde los 13 años, otros cuando pasan de los 30 y aún nada. En muchos, esta falta de confianza y en algunos de paciencia, puede dar paso a iniciar un noviazgo misionero. Esto sucede cuando el chic@ se cansa de esperar la voluntad de Dios y emprende un viaje misionero como los del apóstol Pablo, hacia lugares a los que nadie ha llevado el evangelio y no, no precisamente a la ventana 10/40, pero sí a partir de las 10:40pm dirigiéndose a encontrar a su "idóne@" en algún antro, o en casa de citas, o en "reuniones" para solter@s, eso sí habiéndose puesto en manos de Dios para hallar “Su voluntad”, con una fe tan grande que cree que una vez que lo encuentre podrá conquistarl@ para Cristo, convertirle y quitarle los vicios que tenga.
¿Cuál es el problema? En primer lugar, un antro o fiesta, definitivamente una casa de citas menos, es el lugar ideal para conocer a alguien por quien realmente es. La euforia del momento, la mezcla de música, ruido, luz cegadora, vapores (nicotina y hierba quemada y exhalada), alucinógenos y alcohol; definitivamente te pondrán en un estado en el que no eres capaz de tomar una decisión correcta (literalmente no estarás en tus cinco sentidos). Por otro lado, si te consideras buen cristiano, sabes que esos lugares no son los más recomendables para un hijo de Dios, así que definitivamente no encontrarás a alguien con tus mismos valores o intenciones en cuanto a una relación amorosa. Pero "si lo encuentras", al entrar a la relación, asegurarás (justificándote): “es más cristiano que los cristianos”, “es simpatizante, cree en Dios, a su manera”, “ya ha ido a la iglesia alguna vez y le gustó”, "es hijo incomprendido de un pastor", "es un líder de alabanza criticado", "es un cristiano caído que está luchando por regresar a Cristo". Y cuando te des cuenta que te dio esa excusa sólo para conquistarte, puede ser muy tarde y termines lastimada.


Continuará...

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