Sin santidad nadie

Obvio que sé que has escuchado una y otra vez en predicaciones: SIN SANTIDAD, nadie verá al Señor (Hebreos 12:14). Pero sólo quiero hacer mi aportación a este tema. Esta invitación hecha por el autor de la carta a los Hebreos no implica que es NECESARIO hacer méritos para ser salvo. Es decir, no se trata de que: debes esforzarte por vivir en santidad para merecer ir al cielo. Y, ¿entonces qué?

La Salvación, totalmente, es por fe, no por méritos. La Salvación depende totalmente de la obra de Dios en la persona, es el favor de Dios hacia las personas; y no la persona intentado ganarse el favor de Dios. Esto significa que, si tú un día reconociste que vivías en pecado y que necesitabas ayuda de Dios para salir de esa condición, por lo que pediste que Él gobernara tu vida y te dirigiese, eres escogido por Dios para ser salvo. Desde ese día que tomaste tal decisión, una nueva naturaleza nació en ti, eres una nueva criatura, un nuevo ser que, y aunque sueles ser atraído ocasionalmente por el pecado, ya no lo practicas más porque toda cosa pecaminosa te provoca náuseas (porque ahora puedes ver su verdadera naturaleza), te duele y te provoca tristeza.

Pero, esta nueva naturaleza nace débil, es como un bebé, que poco a poco toma fuerzas para sostener su cabeza, luego su cuerpo, luego para gatear y después caminar, y finalmente hasta correr y saltar. Así, el creyente, al nacer de nuevo, recibe el poder para decir NO al pecado, ese poder y capacidad para decir NO, al principio es débil, pero poco a poco se va fortaleciendo en TODAS las áreas, conforme más y más crece en intimidad con su Creador y Salvador.

Por tanto, la santidad (mantenerse separado/alejado del pecado) no es un esfuerzo supremo que realiza el creyente para ganarse la salvación; mas bien, es el esfuerzo resultado natural o producido por el nuevo poder de Dios que hay en cada creyente para decir no al pecado, pero eso sí, debe esforzarse día a día para crecer en intimidad (Biblia y oración) para que aumente su capacidad para negarse al pecado, para ir perfeccionándose en (según Pedro 2:2, ir creciendo para) la salvación.

Así que cada vez que escuches a alguien decir: CRISTO viene por aquellos que viven en santidad, no está sugiriendo que aquél quien PROCURA vivir en santidad ganará su salvación; tan sólo está diciendo que aquél que ha recibido salvación por fe, se distingue porque procura vivir en Santidad y por eso Cristo viene por él.

Comentarios

Los más leídos