Con Relacion Sin Relacion

Entre los cristianos es tán común la frase: "No tengo religión, sino una relación". Y se ha vuelto tan común, que con sinceridad, la mayoría de los cristianos lo dicen sin tener noción real del significado de tal frase.

Una religión implica acatarse a normas de conducta y hábitos que líderes humanos imponen, con el fin de proporcionar un cierto orden y asumir que al cumplir con ellos se está creciendo o alcanzando cierto nivel espiritual.

Una relación implica comunicación y contacto constante con otra persona, no usar máscaras u ocultar aspectos de la propia persona en el trato, a fin de que verdaderamente exista una relación y comunicación.

Pues la mayoría de los creyentes caen en la primer categoría, más que en la segunda. Basta con aplicar una pequeña encuesta para descubrirlo: ¿Cuánto tiempo dedicas a la oración? ¿Oras sólo cuando estás en tu casa, o en la iglesia? ¿Acostumbras orar sólo cuando hay problemas o necesidad, o también cuando estás de buenas o emocionado por algo que te sucedió? ¿Cuántos versículos de la Biblia has leído el día de hoy? ¿Cuántas veces has leído por completo la Biblia (desde Génesis a Apocalipsis)? ¿Cuánto tiempo dedicas a reunirte con otros creyentes?

¿Qué tienen que ver estas preguntas con una relación con Dios? Pues una relación se basa en comunicación y la oración es el instrumento que usamos para platicar con Dios, pero no debería ser un instrumento utilizado sólo cuando hay necesidad o problemas. Y la Biblia es el instrumento que Dios dejó para hablarnos, para revelarnos Su voluntad, no debería ser un instrumento al que recurramos sólo cuando un predicador nos pide que abramos nuestras Biblias.

De hecho, si prestas atención, podrás descubrir el siguiente fenómeno: cuando un creyente dedica tiempo a leer Su Biblia y pasa tiempo constante en oración, disfrutará congregándose y yendo a cuanta reunión con otros creyentes se anuncie. Pero en cuanto ese creyente deja de leer su Biblia y pasar tiempo en oración, notarás que comenzará a enojarse si alguien le dice: ¿Cómo estás?, no te he visto en la iglesia. Estará enojado con todos, buscará culpables por lo que le está pasando, incluso hasta dudará de la existencia de Dios, y comenzará a buscar justificaciones para su nuevo estado de molestia e incomodidad espiritual (recurrirá incluso a frases de ateos, ideas filosóficas, teorías científicas, etc, para poder argumentar y 'defenderse' de los ataques de los hermanos).

La verdad es que ha perdido su relación con Dios, y cuando un ser humano siente que está fallando en algo (o descubre que falló en algo), tiende a buscar culpables o a justificar su acción. Con Dios, no tienes que hacerlo, Él conoce nuestras debilidades, sabe que Lo necesitamos y tan sólo espera que volvamos a Él.
Pasa tiempo en oración y leyendo Su Palabra. Háblale, no sólo cuando haya problemas, sino en todo tiempo; y permite que Él te hable, no sólo los domingos o días de reunión, sino cada día.

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