Sexo, por amor o por otra cosa?

El sexo, tema que siempre está en mente y boca no sólo de los adolescentes o jóvenes, también de los mayores incluso de casados. De hecho, algunas (por no querer decir que la mayoría) de las esposas te pueden afirmar que sus maridos no piensan en otra cosa.

Y es que Dios nos diseñó de tal forma que la unión física del hombre y la mujer es uno de los aspectos más agradables y significativos de la pareja, máximo cuando es según su plan original: dentro del matrimonio. Sin embargo, estamos viviendo y viendo la corrupción de este maravilloso regalo de Dios.

Tengo que aclarar lo que ya muchos saben: amor no es igual a sexo. Uno puede existir sin el otro: "puede haber amor sin sexo, así como sexo sin amor". De hecho, puede haber sexo por amor o simplemente por una urgencia, necesidad u algún otro motivo "no amoroso"; en pocas palabras, por las razones equivocadas, y entonces este acto (coito) pierde su significado, su valor y se convierte en muchos casos en un acto desastroso, penoso, traumático y hasta en una obligación vacía.

Hoy la presión de los amigos, la presión de la sociedad incluso de los medios (películas, telenovelas, series, etc) ha provocado que la mayoría busque o tenga una primer experiencia sexual no por amor, sino por una motivación no amorosa; y ya no sólo una primer experiencia, sino las siguientes. Considera alguno de estos motivos equivocados:
  • Para pagar o asegurar un favor: porque fue muy lindo y se merece que le des tu primera vez; porque si no lo haces te dejará o porque al hacerlo seguramente ya no te dejará; porque te pidieron una entrega a fin de obtener lo que querías; etc.
  • Como una conquista: porque alguien te dijo que es cool conquistarlo/a y entregarte, aumenta la adrenalina; porque alguien te dijo que lo prohibido se disfruta más; porque alguien te dijo que nunca más lo verías y sería lindo darle como regalo tu cuerpo para que siempre te recuerde; etc.
  • Como un sustituto de la comunicación verbal: simplemente no platicaron, y ni hablan, desde entonces cada día esperan verse sólo para realizar el acto; nos vimos, nos gustamos, no teníamos nada en común qué decirnos, pero simplemente decidieron ver que tal el acto; etc.
  • Para superar los sentimientos de inferioridad: simplemente no soportas el hecho de ser el único/a que no lo había o lo ha hecho; porque al hacerlo (y más si puedes presumir que con muchas/os) creíste que eso te daría importancia entre los demás; porque te encantó que la otra persona te sintiera o viera atractivo/a; etc.
  • Porque había ansiedad y tensión: no falta quien lo hizo por motivos "clínicos", porque algún experto asegura que es una buena opción para quitar la ansiedad y tensión; etc.
  • Como auto-gratificación: algunos están tan acostumbrados a la autogratificación (masturbación) que no toman en cuenta que el coito no es tan sólo para obtener placer, sino tratar de dar satisfacción a la pareja; y es que Dios diseñó el sexo como una expresión íntima del amor entre marido y mujer. Cualquier cosa que no cumpla con ese estándar deja a uno de los socios sentirse insatisfecho y explotado.
  • Para obtener algo: no falta quien lo hace con el fin de conseguir algo de la otra persona. Chicas enviando packs y hasta vendiendo su virginidad para obtener dinero, o creyendo que al darle sexo a su novio logrará retenerlo. Chicos creyendo que al hacerlo obtendrán popularidad o incluso su hombría. 
Notarás que no estaba tan equivocado al decir que la mayoría experimentó una primera vez y muchos siguen experimentado sexo no por amor, sino por algún otro motivo "no amoroso". Siendo así, o es de extrañarnos que, aunque "nos jactemos" de que el tema de la sexualidad ya no sea un tabú como en el pasado y que incluso se les inculca a nuestros jóvenes a vivir su "sexualidad responsablemente" (regalándoles condones y diciéndoles que lo usen), hayan tantos matrimonios acabados por adulterio, o jóvenes buscando placer en varias parejas en turno (incluso del mismo sexo) sin hallar plenitud; hayan tantas mujeres (incluso hombres) que se sienten usados, explotados e insatisfechos.

Es un buen momento para reflexionar, y volver al Creador, a su diseño original, a fin de disfrutar a plenitud de un regalo tan maravilloso que nos dejó: nuestra sexualidad.

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