Oir activamente

¿A poco no has escuchado "por un oído te entró y por el otro te salió"? Yo sí, y muchas veces. Y es que un error muy común es el de estar de cuerpo presente, pero con la mente ausente cuando alguien nos está instruyendo acerca de algo o nos están aconsejando.

Seguramente te ha pasado en la escuela, y luego te preguntas porque en el examen vinieron "cosas que no vieron en clases". Te pasa cuando mamá y papá te están dando instrucciones y tú ya tienes la mente en lo que harás mientras no están, y luego cuando regresan te regañan por cosas "que no te dijeron que hicieras". Te pasa con el novio/a y por eso luego terminas yendo o comprando o haciendo cosas que no recuerdas haber dicho que sí. Y definitivamente te ha pasado cuando Dios te habla... sea que asistas regularmente a una iglesia o no.

Un oyente pasivo es aquel que aunque su cuerpo está presente, su mente está divagando: en cómo van vestidos, en qué están haciendo los demás, en los planes que tiene; en pocas palabras, no tiene expectativa alguna en cuanto a lo que le están diciendo. No le importa pues, y por eso divaga. Pero... ten cuidado, porque quienes acostumbran hacer esto, pierden muchos detalles que suelen ser muy importantes, e incluso pueden salvarte la vida.

Practica el oir activamente, en la escuela toma nota de lo que más recalque el profesor; en una iglesia acostumbra llevar tu Biblia y toma nota de aquello que te llame la atención, o que no comprendiste, e incluso con lo que no estás de acuerdo o te dejó duda. Cuando platiques con otras personas presta atención a los detalles.

Y ojo... Dios también te habla, no sólo en la Iglesia, también fuera de ella... y muchos de los mensajes que Él te da, son de vida o muerte. Y si acostumbras a divagar... te perderás muchos de sus mensajes. Pero si acostumbras a ser activo al escuchar, descubrirás muchos de sus mensajes y experimentarás cosas maravillosas en la vida

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