Ateos Famosos - Bertrand Russell

Bertrand Arthur William Russell, fue un filósofo, matemático, lógico y escritor británico ganador del Premio Nobel de Literatura. Al quedar huérfano se crió con su abuela quien, aunque liberal en política, era de ideas morales muy estrictas. Este ambiente represivo y conservador le produjo numerosos conflictos durante su adolescencia, al no poder expresar libremente su opinión con respecto a la religión o el sexo, pues sus ideas al respecto eran consideradas escandalosas.
Vivió un tiempo en China, de cuya cultura apreció valores tales como la tolerancia, la dignidad y, en general, valor por la vida, la belleza y el placer de una manera distinta a la occidental. 
Fue pacifista durante la Primera Guerra Mundial; pero un activista en contra del ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Tras esta, se convirtió en activista político, lo que provocó su segunda encarcelación. 
En 1940 se le impidió impartir la asignatura de Matemáticas que tenía asignada en la universidad de Nueva York, ya que se le reprochaba la exposición tan cruda que hacía de sus opiniones acerca de la vida sexual.

En una entrevista (https://www.youtube.com/watch?v=qL67yi28D3s), acerca de su ateísmo y franca oposición a la religión, se le preguntó: “¿Cree que hay una razón práctica para tener una creencia religiosa para tanta gente?” A lo que respondió:
Bueno no podría haber una razón practica para creer en lo que no es verdad, hay que descartarlo de plano, es imposible. Si algo es verdad, es verdad; y si no lo es, no lo es. Si es verdad debes creerlo; y si no, no debes creerlo. Y bueno, si no sabes si es verdad o no, deberías posponer tu opinión. Me parece fundamentalmente deshonesto y dañino para la integridad intelectual creer en algo solo porque te beneficia y no porque pienses que es verdad. Y con referencia a las creencias acerca de lo bueno y malo de los creyentes dijo: Esas cosas que consideran “bueno o malo”, suelen ser a menudo erradas, muchas de ellas hacen más daño que bien y, probablemente, serían capaces de encontrar una moral racional de la cual podrían vivir, si dejaran esta moral irracional y de tabúes que vienen de épocas primitivas. Y concluye diciendo lo siguiente: Lo que se te es impuesto desde el exterior no tiene ningún valor. 
5. Una moral ¿racional?
En cuanto el hombre razona sobre cuestiones de hecho, suele indicar juicios morales: “debería”, “no debería”, “esto está bien”, “esto está mal”. Eso hizo Bertrand Russell. 
Él declara que no hay razón práctica para creer que es verdad, aquello que él considera que no es verdad. Para Russell, la religión contiene una moral irracional y llena de tabúes, que han sido trasmitidas, incluso impuestas, desde épocas primitivas. Russell da a entender que este “esquema” de comportamiento y conducta de los creyentes se ha dado a través de la enseñanza; y es probable que incluso considerase, como muchos, que por eso se inventó a Dios, para castigar a los que se separan de la norma. 
Supongamos por un momento que Russell está en lo correcto. Esto explicaría la razón por la cuál surgen conflictos mentales en el hombre, que se expresan en: “yo quiero hacer esto, pero debo hacer lo otro”.  Pero, ¿cómo saber si el juicio moral que me trasmitieron, o el nuevo juicio moral emitido es correcto o no? ¿Cómo saber si la moral de los creyentes es verdad o no? ¿Cómo saber si la moral que ofrece Russell es verdad o no?
El conflicto mental de Russell empezó con la moral que su abuela y otras personas, “le impusieron desde el exterior”, una moral muy estricta, contraria a sus deseos. Tenía que vivir en una “moral primitiva”, aunque él prefería vivir una moral más liberal (básicamente referente a la vida sexual, ya que esto fue lo que le ocasionó problemas en la Universidad de Nueva York). Aunque, curiosamente vivió fascinado de la moral de la cultura China, en la cuál se fomenta la tolerancia, Russell se muestra un poco intolerante con aquellos que viven como creyentes, y entonces nos dice “lo que debemos hacer”, busca convencernos de que sus ideas del bien son preferibles en cierto modo a las de los demás. Busca “imponernos desde el exterior” una moral, al parecer, “racional”. 
Pero aunque él denuncia lo que es bueno y lo que es malo, se olvida que él es un hombre que prefiere unas cosas y detesta varias que otros prefieren; que fue pacifista en una guerra pero activista en otra; que quizás le gustaba el vino amargo y no el dulce como a otros; y que definitivamente prefería una vida sexual  diferente a la que prefieren los creyentes.
Ahora, ya que Bertrand Russell se esmera en decir que existe una moral racional, la cuál debemos encontrar los “religiosos”, porque nuestra moral es irracional, errada y dañina. Entonces él está declarando un hecho innegable que tenemos que aceptar: “Que existe una moralidad válida”. Y esta, sin duda, debe ser un reflejo de alguna sabiduría moral absoluta, una sabiduría moral que existe absolutamente. Esto significa que tenemos que reconocer una fuente sobrenatural de nuestras ideas de bien y de mal, ya que, según nos da a entender Russell, el juicio moral es algo distinto del Razonamiento. 
En pocas palabras, tenemos que admitir que “existe un Dios” que ha puesto dentro de nosotros esa “moral válida” porque, según Russell, y concuerdo con él, ésta moral no puede ser impuesta desde el exterior, por tanto tiene que surgir desde nuestro interior, reflejando una “Moral Absoluta” cuya fuente sólo puede ser “un Dios absoluto, que es racional y además moral”.

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