El Escoge Para Nosotros


Buscando una mochila para mi hija nos paseamos por muchos lugares. Hasta que en cierta tienda encontramos las más adecuadas para ella. Ella de inmediato fijó su mirada en una de las princesas de Disney y con rueditas. Al analizarla yo sugerí que no, se veía que fuese a resistir mucho, demasiado sencilla. Escogí otra, que consideré más duradera y se la mostré a mi hija, la traté de convencer de que era mejor y que se veía más bonita, pero no tuve éxito. Mi hija me miró fijamente y con sus ojos me lo dijo todo… Terminé accediendo. El resultado fue que la mochila no duró el ciclo escolar, se rompió a medio ciclo.

Muchas veces en la vida, nos aferramos a algo creyendo que esto será, sin duda alguna, lo mejor para nosotros. Un empleo, una profesión, una pareja, un ministerio, una escuela, un lugar para vivir, etc. Y no sólo eso, oramos a Dios porque se nos conceda, nos ponemos hasta bíblicos: Dios concederá los deseos de mi corazón. Pero por más que oras y ayunas, y no faltas a reuniones de adoración, ni a congresos ni conciertos, ¡nada! Y seguramente te has enojado con el Señor, pero ¿será en realidad que eso lo que te conviene?

Lo que he descubierto en todo el tiempo que he decidido seguir al Señor, es que Él me conoce mucho mejor de lo que me conozco a mí mismo. Y muchas veces me he quedado con un ‘deseo’ al aire, creyendo que era una ‘necesidad’. Para luego descubrir que Dios sí suplió mi verdadera necesidad, aunque no fue como yo lo esperaba o como yo ‘deseaba’. Resultó que la Tierra Prometida que Él me escogió era mucho mejor de la que yo deseaba.

Permite que sea Dios quien te escoja tu tierra prometida, y créeme que disfrutarás de cosas maravillosas.

Comentarios

Los más leídos