El Amor Es Un Sentimiento

Escuchaste que se dice por allí...
¿Que el amor es sólo un sentimiento?

Seguramente ya escuchaste por allí que el amor es un sentimiento. Si esto fuese así, entonces yo podría asegurarte que el amor es la reacción, regida por neurotransmisores como la dopamina, la noradrenalina y la sertonina, que se produce en tu cerebro. Y esto significa que, por un lado, ¡sería poco romántico y agradable (que tal si reaccionas en el momento menos adecuado)!, ¿no es así? Y por otro lado, el más preocupante, que tú no tienes libertad de elección, sino que tu cerebro te puede jugar una mala pasada y comenzar a funcionar con quien tú no quieres. Y es que así es como precisamente funciona un sentimiento.

Pero, ¡gracias a Dios, el amor no es un sentimiento! Y mayor gratitud siento al saber que el amor no está dominado por neurotransmisores, sino por la razón: ¡tú decides a quien amar!  Y es que el amor no es lo mismo que el sentimiento generado al ver a alguien que consideras atractivo (enamoramiento físico). El amor va más allá de la emoción producida cada vez que pasas momentos agradables con cierta persona (enamoramiento por identificación). El amor, es la decisión (que dicho sea de paso debería ser pensada) de cuidar y proveer a una persona.

El amor no es dejarse llevar por la emoción del momento, el amor supera incluso el tiempo que dure esa emoción. El amor es aún más fuerte que el chispazo producido durante un encuentro, el amor es una llama que se mantiene aun cuando fuertes lluvias o ríos caudalosos lo quieran apagar. El amor no se da en un instante, el amor viene con el paso del tiempo, al esforzarse porque perdure a pesar de que el enamoramiento ciego ha abierto los ojos, o porque se mantenga viva a pesar de que el chispazo inicial ya perdió su fuerza, o porque continúe a pesar de que la atracción primera ya no existe, o porque se alimente con cuidado y provisión cuando más lo necesita la pareja. En otras palabras, el amor comienza cuando el enamoramiento termina.

El amor comienza cuando dejas de actuar de manera egoísta intentando satisfacer tus necesidades o deseos, y deseas ayudar a crecer a la pareja: en lo físico, en lo emocional y en lo espiritual. Cuando tu mayor deseo es cuidar a la pareja: emocional, espiritual y ya ni qué decir de su integridad física, sexual y moral. El amor comienza en el momento en que entiendes que no es él o ella quien te hará feliz, sino porque eres feliz y deseas que ambos sean mucho más felices juntos. En otras palabras, el amor comienza cuando dejas de amar sólo cuando obtienes algo, para amar a pesar de lo difícil que se ponga.

El amor no es algo que te haga querer estar con la persona que no te conviene, porque el amor no es un sentimiento irracional. El amor es tomar la decisión de estar con la persona que no sólo te enamora, sino que te conviene porque se compromete (no sólo de palabra, sino con sus acciones) a estar contigo de la misma forma, con un firme propósito de cuidado y provisión. ¿Qué? ¿¡Demasiado iluso y romántico!? ¡Para nada! Al contrario, lo iluso es creer que un ‘chispazo fugaz’ será amor eterno o esa persona con la que sientes maripositas en el estómago es el indicado para comenzar una relación amorosa.

Escuchaste por allí que el amor es un sentimiento, pero ahora sabes que no es así. Porque Dios es amor, y pide que amemos aún a nuestros enemigos, y esto sería imposible si fuese un sentimiento. Pero como el amor es una decisión, es posible. 

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