Yugo Desigual


No os unáis en yugo desigual con los incrédulos… (2 Corintios 6:14)

¿Por qué Dios no quiere que un hijo suyo sostenga una relación con alguien que no es creyente? Hay quienes, en su capricho, aseguran que Dios es injusto al pedir esto porque los hijos de Dios o las hijas de Dios no son tan hermosos como los de afuera. ¡Ciegos! Pero bueno para entender mejor esto, primero veamos lo que significa yugo desigual.

Todo comenzó con un orden que Dios dio muchos años antes: No ares con un buey y un burro unidos al mismo yugo. (Dt 22:10). ¿Por qué? Pues hay dos razones muy obvias:

1) Físicamente, un buey es un animal muy fuerte para caminatas por la llanura y por los valles. Así que cuando se are en llanuras y valles, el buey terminará arrastrando y lastimando al burro. Pero los burros empujan con mucha fuerza y elasticidad en las partes inclinadas como las subidas de una montaña. Así que cuando se are en esas zonas, el burro terminará arrastrando y lastimando al buey. Tener a ambos animales en yugo creará problemas por la falta de equilibro, y el resultado será la pérdida de fuerza en ambos animales, lesiones, daños y sufrimiento innecesarios.

2) En lo espiritual, el buey era un animal limpio o puro, es decir, que podía ser ofrecido en sacrificio. Pero el burro no, aunque no era inmundo, no podía ser ofrecido en sacrificio, tenía que ser redimido (sustituido) por un cordero.

Conclusión: En el momento en que reconoces a Cristo como Señor de tu vida, eres apartado por Dios para moldear la imagen de Su Hijo en ti. Y tu vida se convierte en un sacrificio vivo para Dios. El no creyente no puede ser, porque no ha rendido su vida a Dios, por tanto no puede ser moldeado a la imagen de Cristo.

Y es que los creyentes somos personas que hemos reconocido nuestra imperfección y por ello hemos rendido nuestra vida a Cristo. Un no creyente es alguien ‘perfecto’ (por eso te parece ‘más cristiano que los cristianos), y por eso Dios no puede obrar en sus vidas.

Tu vida ahora se dirige a la adoración y servicio a tu amado Padre Celestial y a tu Salvador; y está siendo transformada y moldeada a la imagen de Cristo vas contra la corriente de este mundo, haciendo surcos hacia una vida plena y abundante a través del Camino que es Cristo. Por tanto, si entras en yugo desigual estarás en conflicto con ese alguien cuya vida va con la corriente, que busca surcar en otro camino, siguiendo los deleites y placeres de este mundo. El resultado: Terminarás perdiendo tus fuerzas, y con lesiones, heridas y daños innecesarios.
 
Y ese es el motivo de la ordenanza de Dios. Es una hermosa y amorosa advertencia que se puede resumir en estas palabras: ¡Te amo tanto!, que no quiero que sufras innecesariamente.

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