Mi fe en Dios es ¿ciega?
Terminé de platicar con alguien acerca de la fe y la razón.
El argumento suyo fue, que un creyente no piensa, sólo recibe órdenes,
mandamientos, e instrucciones de un ‘iluminado’. Que en realidad es alguien que
no quiere pensar y que por eso prefiere seguir lo que otros dicen.
Mi argumento fue: ‘la
neta es que si hay personas así, pero un verdadero creyente piensa y analiza
las cosas. En primer lugar un verdadero creyente estudia y analiza (tal y como
ésta persona tan letrada) lo que su libro de texto, la Biblia, indica y la pesa
con lo que otros libros de textos dicen y termina aceptando lo que realmente funciona.
En segundo lugar un verdadero creyente analiza (tal y como ésta persona tan
letrada) lo que cualquier expositor, maestro o predicador enseña para juzgarla
con lo que su libro de texto indica y de esta manera aceptar lo bueno y
desechar lo malo. Y antes de poder decir lo siguiente… me interrumpió.
Entonces me dijo: Pero
tú no puedes tener la certeza de algo. Porque las verdades son relativas, no
hay verdades absolutas. Lo que tu Biblia dice es sólo parte de un todo, y
mientras no conozcas todo, tú no puedes
saber nada. Entonces le pregunté: ¿Y
cómo sabes eso? Se quedó molesta y en silencio y entonces dijo: Yo pienso que no se puede saber
nada. ¡Se fue!
¡Interesante! Quién aseguró que mi fe en Dios es ciega,
descubrió que no puede defender sus creencias racionalmente, por tanto es ella
quien hace un salto ciego de fe.
Mi fe en Dios no es ciega, pero sí requiere que crea en
cosas que no puedo ver. Mi fe en Dios no es irracional, pero sí requiere que
crea en las verdades que Él quiere revelarme, al paso que Él quiera enseñarme.
¡He dicho! Y recuerda,
sólo estoy pensoteando.
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