Más Errores En Mi Liderazgo
¿Me permiten citar algunos pequeños errores que he cometido
en estos años de liderazgo? Desconozco que tan útiles te puedan ser, pero allí
te van:
9. No Reconocer Ni
Hablar De Tus Áreas Débiles Como Ministerio: El cerrar los ojos a esas
debilidades te pueden costar caro. Es como la chica que no quiere abrir los
ojos para ver la realidad de su pretendiente y termina engañada porque se
enamoró no del joven, sino de la fantasía que ella se había formado en la
cabeza. Cada vez que pretendí que mi ministerio era perfecto, algo malo pasaba.
Pero cambió cuando comencé a darme cuenta que hay muchas cosas que necesitaba
mejorar. Es grandioso ver lo que Dios hace, pero también es necesario reconocer
lo que aún no ha podido hacer porque tú no has dado oportunidad.
10. No Continuar
Preparándote. Sin duda el Señor nos ha dotado de habilidades, pero es
necesario que te mantengas aprendiendo. El guiar a las personas no es una tarea
fácil; y cuando se trata de jóvenes, menos. Porque la cultura de los jóvenes
cambia a cada rato. Lo que funciona con una generación, no funciona para la
siguiente. Pero además, el mantenerte aprendiendo y desarrollando tus
habilidades, te mantiene mejorando tu carácter. Y obviamente, respalda más la
obra que estás haciendo. John Maxwell dice: ‘Si te mantienes aprendiendo vas
madurando, si te consideras maduro y dejas de aprender, estarás pudriéndote’.
Henry Ford decía: ‘Aquél que deja de aprender es un viejo, y no importa si
tiene 20 u 80. Aquél que se mantiene aprendiendo está siempre joven’. Así que
ahora vivo con complejo de Peter Pan, quiero ser joven eternamente, por tanto
me mantengo aprendiendo.
11. Tomar Partido En
Algún Problema. Recuerdo las primeras veces que me tocaba aconsejar. Venía
uno de los afectados, me contaba lo sucedido y condenaba al otro. Pero luego
venía la otra persona y me costaba creerle, porque ya tenía un prejuicio contra
ella. Y muchas veces resultó un pésimo consejo, todo por no escuchar todas las
partes involucradas primero. Así que ahora entiendo que no todo lo que me dicen
es verdad y no todo lo que me dicen es mentira; y que debo escuchar a todos
antes de emitir un juicio o incluso un consejo. Y curiosamente nos lo enseña la
Biblia, pero creo que muchos lo hemos pasado por alto (Pr 18:17). Hoy en día no tomo partido ante una situación, me enfoco
en lo que está haciendo mal cada persona involucrada no basándome en lo que el
otro me dijo, sino en lo que sus propias palabras revelan. Para que pueda
aconsejarles cómo mejorar en su propia relación con el Señor y la solución al
conflicto vendrá por añadidura.
12. Escoger Siempre Lo Obvio. Esto me hizo llorar en muchas ocasiones.
No siempre lo obvio es lo correcto. Debemos tener mucha intimidad con el
Espíritu Santo para poder ser guiados y dirigidos por Él.
Luego les paso más…
Comentarios