Tienes Qué Crecer



Estaba meditando en algo muy cómico que sucede en mi vida, y no sé si a ti te pase lo mismo. Toda acción o situación que cambió el rumbo de mi vida vino acompañada de unas cuantas palabras:

  • ¡Es una niña!
  • ¡Yo lo hago!
  • ¡Sí!, acepto.
  • Necesitamos hablar…
  • Examen sorpresa.

Bueno, esto va porque recuerdo que hace algunos años, mi pastor vio que estaba sumamente activo. Hacía de todo tanto dentro como fuera de la congregación, y entonces un día me dijo: ‘Tenemos que hablar’. Durante esa plática me dijo: ¿Qué has pensado acerca de tu vida? Y obviamente le solté todo el rollo mareador de todas las cosas que pensaba lograr. Pero entonces me hizo una pregunta que me ayudó a ver lo primordial: ¡Sí!, ¿pero qué con tu vida? ¿tú como persona?

Después de toda la plática me di cuenta que yo quería hacer mucho, lograr mucho, e incluso tenía planeado cómo lograr muchas de esas cosas; pero me pude dar cuenta que no tenía planeado cómo ser la persona indicada para lograrlo. ¡Sí!, yo no tenía un plan para desarrollar todo el potencial que Dios puso en mí. Y tú, ¿tienes un plan personal?

Déjame asegurarte que si no tienes un plan para crecer tú como persona, no podrás hacer todo aquello que te has dispuesto a hacer. En otras palabras, el mayor impedimento para que tú puedas alcanzar tus sueños, eres tú mismo. Por eso ves a muchos ‘excelentes profesionistas’ que jamás fueron porque no aprovecharon la escuela. Por eso ves a muchos ‘excelentes deportistas' que jamás fueron seleccionados, porque no pusieron empeño a los entrenamientos.

Esto me llevó tomar la firme decisión de invertir en mi propia vida, de tal forma que pudiera ser la persona adecuada para cada cosa que me había propuesto hacer.

Quiero ser un muy buen esposo y padre. Por tanto me he preparado para elogiar a mi esposa cada día, invertir en ella, invierto en seminarios, talleres, libros para esposos y padres. Aprender a organizar mi tiempo para tener espacios valiosos para mi familia.

Quiero ser un buen comunicador de la Palabra. Por tanto, leo la Palabra de Dios diariamente, leo otros libros que aumenten mi cultura, mi conocimiento y hasta mi perspectiva de las cosas. Prepararme académicamente, descubro y exploro diferentes técnicas, etc.

Quiero ser un buen pastor de adolescentes. Me preparé leyendo acerca de la adolescencia, asistiendo a cursos, seminarios, acerca de mentoreo, pastoral, trabajo en equipo, consultando a expertos consejeros y orientadores, psicólogos, etc.

Quiero gozar de buena salud para durar muchos años. Comer saludablemente, hacer ejercicio, dormir las horas necesarias, aunque sinceramente esta área es la que más me está costando porque disfruto comer, y casi no duermo. Pero ya existe un plan para llegar a ser esa persona saludable que el Señor necesita para que haga todas las cosas que ha puesto en mi corazón por hacer.

Creo que estás a tiempo de comenzar a planear tu propio crecimiento personal. Y ya que tengas el plan, ¡hazlo!

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