Dios, ¡Bendice Mi Grupo!



Supongo que has hecho esta petición en tus momentos de intimidad con el Señor. Recientemente hice la misma petición, nuevamente al Señor. Y entonces algo surgió en mi corazón: ¿Para qué?

¿Te has hecho esta pregunta? Pues yo he deseado que Dios bendiga mi hogar, mi salud, mi trabajo, mis relaciones, etc. También deseo Su Presencia cada día, Su Perdón a cada instante, Su poder para vencer la tentación y al pecado, Su guía y dirección constantemente. Pero, ¿para qué?

¡Sí!, también me dije a mi mismo. Pues es que Dios siempre tiene lo mejor para nosotros y cuando pedimos su bendición estamos asegurándonos que obtendremos lo mejor. Y me encanta esto, porque Jesús lo dijo: vino a darnos una vida plena y abundante. Pero, en esta ocasión en especial, me sentí medio egoísta. ¿Por qué quiero que Dios bendiga mi grupo? Sin duda debe haber un motivo por el cual el Espíritu Santo me motiva a pedirlo, pero también debía haber una razón por la cual ahora no me sentía tan a gusto. Hasta que leí el Salmo 67.

Que Dios tenga misericordia y nos bendiga; que su rostro nos sonría con favor. (Salmos 67:1)
¡Ok Señor ¡, este cantante (salmista) fue igual de egoísta que yo jaja. También pedía que bendijese a su grupo (bueno, nación). Entonces está bien mi petición delante de Ti. Y sé que me responderás porque estoy pidiendo de acuerdo a tu voluntad, pero ¿por qué?, ¿para qué?

Así es, Dios nos bendecirá, y gente de todo el mundo le temerá. (Salmos 67:7)
¡Ah! ¡Sí había algo más! ¡Tenía razón! Entonces, Dios bendice a Su Pueblo, y muy bien por cierto. Pero hay un propósito: para que todo el mundo le tema y le alabe. ¡Ahora sí tiene más sentido el desear que mi grupo sea bendecido!

Al ser bendecido mi grupo, podremos dar a conocer Sus caminos a las personas, de tal forma que puedan ser libres del pecado, del dolor, de la soledad, de las drogas; en pocas palabras, que experimenten Su Poder Salvador en todas partes.

Al ser bendecido mi grupo, las personas se sorprenderán de lo que el Señor hace en la vida de aquellos que se vuelven a Dios. Los jóvenes vivirán de tal forma que la gente podrá darse cuenta como el Señor gobierna con justicia y guía con sabiduría. Y se preguntarán ¿cómo es posible?, y más de alguno deseará experimentarlo.

Sin duda Dios bendice a los jóvenes con estudio para tener una carrera, o con un trabajo para obtener dinero. Pero no es la razón. La razón principal es que Dios los bendice para ser ‘luz’ en sus escuelas y trabajo. Incluso al estar desempleado o sin estudio, somos luz al animar a otros y mostrar fe en que el Señor no nos abandonará.

Sin duda Dios te quiere bendecir, para ser de bendición a los demás. Y esto me recordó a Abraham. Dios lo bendijo para que él trajese bendición a los demás. Dios sí te bendecirá y a tu grupo sin duda alguna. Pero no pierdas de vista usar esas bendiciones para que las naciones teman y adoren a nuestro Dios, a Aquél que nos llena de bendiciones.

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