Empoderando Niños


¿Eres líder juvenil? ¿Eres papá de adolescente? ¿Te has preguntado qué puedes hacer para que sean más responsables, maduros y capaces?

Tuve una plática con mi hermosa esposa acerca del trabajo con los adolescentes y un comentario que ella hizo acerca de las oportunidades que los adolescentes tienen para servir en la iglesia me mantuvo reflexionando acerca de lo que en este momento voy a compartirles.

En cierta ocasión vi un documental acerca de la adolescencia en diferentes culturas. Y resulta que la mayoría tiene bien marcada la transición de la niñez a la edad adulta. Incluso hasta tienen ciertos ritos de iniciación, algunos de esos ritos son extremos exponiendo al aspirante al trabajo duro y al dolor. Y no estamos hablando de personas arriba de los 20 años, sino adolescentes, esos ritos van desde los 13 años hasta los 17 en la mayoría. El resultado, es que llegan a ser jóvenes comprometidos, capaces, responsables. Al recordar esto pasó por mi mente: “Ahora caigo”.

En diversas ocasiones me había preguntado por qué tenemos jóvenes “ninis”; por qué tenemos jóvenes que ya tienen una carrera terminada aún viven en casa y algunos sin trabajo, y los que tienen trabajo no quieren ‘colaborar’ con los gastos de la casa; por qué incluso algunos se casan obligando a que sus padres carguen con los gastos viviendo en la misma casa; etc. En pocas palabras, me preguntaba por qué tenemos adultos tan inmaduros, irresponsables e incapaces. ¿Te has hecho las mismas preguntas?

La culpa es nuestra, no esperamos mucho de los “niños”, suponemos que no serán capaces de hacer o emprender grandes cosas porque son “niños”, por tanto nos enojamos "cuando se equivocan" y no les damos oportunidad de aprender de sus errores. O simplemente creemos que para que puedan contribuir con algo que valga la pena deben de cubrir un sinfín de requisitos (entre ellos carrera y hasta postgrados). Y para acabarla en vez de responsabilidades u oportunidades para desarrollarse, mejor les proporcionamos juegos o entretenimientos (entendiendo que un entretenimiento es algo que les damos para que se distraiga y no estorbe mientras los adultos hacemos cosas que valen la pena). En otras palabras, queremos extender su niñez lo más que se pueda.

Creo que debemos darnos cuenta de la enorme capacidad que Dios ha puesto en ellos, yo puedo ver como el Señor consideró que un niño pastorcito, sin carrera militar, sin armas más que su honda de 15 o 16 años era capaz de enfrentar a un experimentado, bien armado y gigantesco (literalmente) guerrero y derrotarlo. Consideró que un niño de 8 años, llamado Joás, podría ser una de los mejores reyes que haya tenido Su Pueblo. Y podría citarte muchos ejemplos más, pero creo que ya di en el punto. Hay muchos ‘niños’ en nuestros grupos esperando oportunidades para convertirse en esos adultos responsables, capaces y maduros que tanto necesitamos.

Nuestros ‘chicos’ están deseosos de poder usar los talentos y habilidades que están descubriendo. Están ansiosos por compartir lo que han recibido, por hacer cosas grandes para Dios. Están deseosos por dirigir sus pedradas a la frente de gigantes. Quieren encontrar un lugar en el cuál se sientan útiles, necesitan experimentar que Dios puede usarlos para ser de bendición, es parte del descubrimiento de su propia identidad y el propósito de Dios para su vida. Nosotros deberíamos facilitarles esa búsqueda.

En vez de pagar para que hagan su maestría en Angry Birds o Roblox, o su doctorado en Manejo de Redes sociales, animémosles a escribir libros, dar pláticas o conferencias, organizar eventos o actividades, dirigir reuniones, a buscar un trabajo; en pocas palabras démosle responsabilidades y oportunidades para que usen los talentos y habilidades que Dios ha puesto en ellos. ¡Ah! Y démosle oportunidad de fallar y poder así corregir para mejorar. Que sepan que cuentan con nuestra experiencia para poder corregir lo que salió mal y así pueda hacerlo mejor la próxima vez.  

Es tiempo de hacer el rito de iniciación con nuestros niños. Es el momento de empoderar a nuestros ‘niños’, para que se conviertan en esos adultos responsables, capaces y maduros que tanto deseamos y necesitamos. ¡Dios te bendiga!

Comentarios

Los más leídos