Te Lo Digo Por Tu Bien


Te Lo Digo Por Tu Bien
¿Cuántos problemas o momentos vergonzosos te hubieses evitado si hubieses escuchado el consejo o la corrección de tus papás?
Escucha el consejo de Dios acerca de la importancia de escuchar la corrección de nuestros padres.

Hijos míos, escuchen cuando su padre los corrige. Presten atención y aprendan buen juicio, porque les doy una buena orientación. No se alejen de mis instrucciones. Pues yo, igual que ustedes, fui hijo de mi padre, amado tiernamente como el hijo único de mi madre.
Mi padre me enseñó: “Toma en serio mis palabras. Sigue mis mandatos y vivirás. Adquiere sabiduría, desarrolla buen juicio. No te olvides de mis palabras ni te alejes de ellas.
No des la espalda a la sabiduría, pues ella te protegerá; ámala, y ella te guardará. ¡Adquirir sabiduría es lo más sabio que puedes hacer! Y en todo lo demás que hagas, desarrolla buen juicio. Si valoras la sabiduría, ella te engrandecerá. Abrázala, y te honrará. Te pondrá una hermosa guirnalda de flores sobre la cabeza; te entregará una preciosa corona”
. (Proverbios 4:1-9)

Una de las frases clásicas de papá y mamá cuando quieren corregirnos o instruirnos acerca de algo es: “Te lo digo por tu bien”. Y nuestra reacción generalmente es muy mala porque creemos que lo hacen porque no nos comprenden, no nos quieren, o porque quieren echarnos a perder la vida.

Pero no puedes perder de vista algo. Ellos fueron jóvenes y adolescentes como tú. Tuvieron las mismas inquietudes. Y cometieron errores que no quieren que tú cometas. Y aunque tus padres vivieron en otros tiempos, quizás no tuvieron la oportunidad de estudiar, o no entienden mucho de la tecnología actual ellos tienen algo que tú no: experiencia. La cuál te quieren compartir.

Si tus padres te vieran salir corriendo hacia un hoyo y no te advierte, al contrario, se ríen después que hayas caído, ¿qué les dirías? Pero ¿qué les dirías si te ven correr y te advierten que más adelante hay un hoyo?

Cada vez que tus papás te quieran corregir o advertir acerca de algo, en vez de enojarte, deberías agradecerles por compartir contigo su experiencia y advertirte de un peligro. Así que la próxima vez, escúchalos porque: Te lo dicen por tu bien.

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