Aprende A Disfrutar La Vida

Día 97
Para Aprender A Disfrutar La Vida…
Debes Entender El Regalo De La Vida Eterna

Muchos de los problemas que nos aquejan suceden porque tomamos decisiones sin pensar en el futuro. Un estudiante que piensa algún día ser un excelente profesionista, pero llega a la prepa y comienza a desperdiciar esos años, y entonces queda muy lejos de su sueño. ¡No pensó en el futuro! Una pareja de novios que “se comen la torta” y piensan que si algo pasa lo solucionarán casándose, hasta que en realidad sucede y (1) el chavo la deja o (2) la chica deja la escuela y él tiene que buscar un trabajo porque se casarán. ¡No pensaron en el futuro!



Esto viene porque Dios tiene planes maravillosos para tu futuro, pero no sólo un futuro aquí en la tierra. Dios es sumamente grande, por tanto sus planes van más allá de las cosas que vivas o sucedan aquí en la tierra. Tu Padre Celestial tiene cosas aún más maravillosas preparadas para ti, tan grandes y maravillosas que nadie jamás las ha imaginado. Y por ello quiere obsequiarte la vida eterna, para que disfrutes de todas y cada una de esas maravillas.

Un ateo hace poco me dijo: “¡Tonto! Dios no existe y te estás perdiendo la diversión de la tierra”. Mi respuesta es y será siempre esta: “La vida eterna no comienza el día que muera, comienza desde que decides tomar a Dios de la mano y pedir a su Mesías que gobierne tu vida; porque entonces comienzas a disfrutar de las maravillas en esta vida: salud (cosa que los vicios acaban); una hermosa familia (cosa que las infidelidades acaban); el cariño de muchas personas (cosa que un carácter dominado por sus emociones acaba); disfruto lo que tengo porque es suficiente y hasta un poco más (cosa que la ambición al dinero acaba); sé cómo superar los problemas de la vida y tengo un buen refugio, “Dios” (cosa que muchos no hacen y prefieren refugiarse en adicciones); disfruto de mi sexualidad plenamente con mi amada esposa (cosa que la lujuria no permite). Si eso estoy disfrutando ahora, no me imagino lo que disfrutaré allá. Dios te ama, tanto que desea que experimentes su paz y disfrutes de una vida plena, abundante y eterna.

Dile así al Señor: Querido Dios, se que en esta tierra estaré un breve momento. Pero, tú me ofreces la vida eterna a través de tu Hijo Jesús. ¡Yo quiero aceptarlo! Gracias. Permíteme compartir este regalo con los demás. En el nombre de Jesús. ¡Amén!

Alguien se acercó a Jesús con la siguiente pregunta: —Maestro, ¿qué buena acción tengo que hacer para tener la vida eterna? (Mateo 19:16)

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