Venciendo El Orgullo
Venciendo Al Orgullo
¿Cómo reaccionas cuando estás en victoria?
Descubre cómo vencer el orgullo o la soberbia después de una victoria
¿Quién soy yo para ser yerno del rey? -exclamó David-. La familia de mi padre es humilde. (1 Samuel 18:18)
En un escrito anterior puse lo siguiente: Es más fácil que nos derrote una victoria. Y es que las victorias de los demás pueden generar en nosotros celos o envidia, pero las victorias nuestras suelen generarnos orgullo y hasta soberbia. Pero debemos recordar mantenernos humildes y agradecidos ante el Señor.
En esta ocasión vemos ese claro ejemplo de humildad en David, quien después de haber vencido al gigante Goliat y haber experimentado popularidad y fama entre la gente tras esa gran victoria. Él se mantenía como alguien más de la gente. Jamás se sintió superior. Tanto así que cuando Saúl le dio a su hija como esposa, él reconoció su posición: ¿Cómo podría ser yo yerno del rey?
David jamás olvidó de dónde venía, aunque ahora fuese la persona más famosa de Israel. El éxito no lo cambió para nada. No se sintió alguien muy especial o alguien digno de tal honor. Jamás exigió un trato especial por ser David, el mata-gigantes.
Hoy, con tristeza, vemos a mucha gente exigiendo lo que se merece. Yo, la neta, prefiero que no me den lo que merezco, porque si no mal recuerdo, todos los hombres merecíamos la muerte; de no haber sido por Dios que envió a su Hijo Jesús para ofrecerme vida eterna, aunque no lo mercía. Así que hay te va cómo puedes vencer el orgullo después de una victoria: comienza a llenar tu corazón con gratitud por esa victoria, recordando que fue ÉL quien te dio esa victoria. Cierto, utilizaste tus talentos, habilidades y dones, pero si Él no hubiera querido, no hubieses tenido éxito. No te olvides que es Él quien nos lleva de triunfo en triunfo.
Así que cada vez que tengas éxito, guarda en tu corazón estas palabras y que broten de tus labios: "No a nosotros, Señor, sino a tu nombre sea dada la gloria" (Salmo 115:1)
¿Cómo reaccionas cuando estás en victoria?
Descubre cómo vencer el orgullo o la soberbia después de una victoria
¿Quién soy yo para ser yerno del rey? -exclamó David-. La familia de mi padre es humilde. (1 Samuel 18:18)
En un escrito anterior puse lo siguiente: Es más fácil que nos derrote una victoria. Y es que las victorias de los demás pueden generar en nosotros celos o envidia, pero las victorias nuestras suelen generarnos orgullo y hasta soberbia. Pero debemos recordar mantenernos humildes y agradecidos ante el Señor.
En esta ocasión vemos ese claro ejemplo de humildad en David, quien después de haber vencido al gigante Goliat y haber experimentado popularidad y fama entre la gente tras esa gran victoria. Él se mantenía como alguien más de la gente. Jamás se sintió superior. Tanto así que cuando Saúl le dio a su hija como esposa, él reconoció su posición: ¿Cómo podría ser yo yerno del rey?
David jamás olvidó de dónde venía, aunque ahora fuese la persona más famosa de Israel. El éxito no lo cambió para nada. No se sintió alguien muy especial o alguien digno de tal honor. Jamás exigió un trato especial por ser David, el mata-gigantes.
Hoy, con tristeza, vemos a mucha gente exigiendo lo que se merece. Yo, la neta, prefiero que no me den lo que merezco, porque si no mal recuerdo, todos los hombres merecíamos la muerte; de no haber sido por Dios que envió a su Hijo Jesús para ofrecerme vida eterna, aunque no lo mercía. Así que hay te va cómo puedes vencer el orgullo después de una victoria: comienza a llenar tu corazón con gratitud por esa victoria, recordando que fue ÉL quien te dio esa victoria. Cierto, utilizaste tus talentos, habilidades y dones, pero si Él no hubiera querido, no hubieses tenido éxito. No te olvides que es Él quien nos lleva de triunfo en triunfo.
Así que cada vez que tengas éxito, guarda en tu corazón estas palabras y que broten de tus labios: "No a nosotros, Señor, sino a tu nombre sea dada la gloria" (Salmo 115:1)
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