¿Qué Puedes Hacer Por El Necesitado?

Día 31 Con Jesús
¿Qué Puedes Hacer Por Alguien En Necesidad Hoy?
Descubre la increíble oportunidad que nos da Jesús para servirle cada día

Lectura: Mateo 25:1-46
En el reino de los cielos sucederá lo que les sucedió a las diez muchachas que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas fueron sabias y llenaron bien las lámparas de aceite, mientras que las otras cinco, insensatas, no lo hicieron. Como el novio se demoraba, todas se quedaron dormidas. Alrededor de la media noche un grito las despertó: "¡Allí viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!" Las muchachas saltaron a arreglar las lámparas, y las cinco que casi no tenían aceite suplicaron a las otras que compartieran con ellas el que tenían, porque se les estaba apagando las lámparas. Las otras, las prudentes, respondieron: "No tenemos suficiente aceite para darles. Vayan a la tienda y compren". Así lo hicieron. Pero al regresar encontraron la puerta cerrada, pues el novio había llegado ya y había entrado a la boda con las muchachas que estaban listas con sus lámparas. "Señor, ábrenos", gritaron, tocando a la puerta, las que habían ido a comprar el aceite. Pero el novio les respondió: "¡No sé quiénes son ustedes! ¡Váyanse!". Por lo tanto, manténganse vigilantes, porque no saben cuándo ni a qué hora de regresar.

"Hubo una vez un hombre que juntó a sus siervos; antes de partir hacia otro país, y les prestó dinero para que lo invirtieran en su nombre durante su ausencia. A uno le entregó cincuenta mil pesos, a otro veinte mil y a otro diez mil, de acuerdo con las capacidades que había observado en cada uno de ellos. El que recibió los cincuenta mil pesos los invirtió inmediatamente en negocios de compraventa y en poco tiempo obtuvo una ganancia de cincuenta mil pesos. El que recibió los veinte mil pesos los invirtió también y ganó veinte mil pesos. Pero el que recibió los diez mil, cavó en la tierra y escondió el dinero para que estuviera seguro. Después de una ausencia prolongada, el jefe regresó del viaje y los llamó para arreglar cuentas con ellos.

El que había recibido los cincuenta mil pesos le entregó cien mil. El jefe, satisfecho, le dijo: "¡Magnífico! Eres un siervo bueno y fiel. Y ya que fuiste fiel con el poco dinero que te dí, te voy a confiar una cantidad mayor. Ven, entra, celebremos tu éxito". El que había recibido los veinte mil presentó su informe: Señor, me diste veinte mil pesos y aquí tienes cuarenta mil. "¡Estupendo!", le respondió al jefe. "Eres un siervo en tus manos, te voy a confiar ahora una cantidad mayor. Ven, entra, celebremos tu éxito". Cuando el que había recibido los diez mil pesos se presentó ante el jefe, le dijo: "Señor, como sabía que eres tan duro que te quedarías con cualquier utilidad que yo obtuviera, escondí el dinero. Aquí tienes hasta el último centavo que me diste". "¡Malvado! ¡Haragán! Si sabías que quería obtener utilidades, por lo menos debías haber puesto el dinero en el banco para que ganara intereses. Quítenle ese dinero y dénselo al que tiene los cien mil pesos, porque el que sabe usar bien lo que recibe, recibirá más y tendrá abundancia; pero al que es infiel se le quitará aun lo poco que tiene. Echen a este siervo inútil en las tinieblas de afuera. Allí será el llorar y el crujir de dientes".

Cuando yo, el Hijo del hombre, venga en todo mi esplendor junto con los ángeles, me sentaré en mi trono de gloria y las naciones se reunirán delante de mí. Y las separaré como el pastor separa las ovejas de los cabritos. A mis ovejas las pondré a la mano derecha; a los cabritos, a la izquierda.

Entonces yo, el Rey, diré a los de mi derecha: "Vengan, benditos de mi Padre. Entren al reino que está preparado para ustedes desde la fundación del mundo, porque tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber; fui forastero y me alojaron en sus casas; estuve desnudo y me vistieron; enfermo y en prisión, y me visitaron". Y los justos me preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te alojamos en casa, o desnudo y te vestimos? ¿Y cuándo te vimos enfermo o en prisión y te visitamos?" "Yo, el Rey, les responderé: "Todo lo que hicieron a mis hermanos necesitados a mí me lo hicieron".

Entonces me volveré a los de la izquierda y les diré: "¡Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus demonios. Porque tuve hambre y no me alimentaron; sed y no me dieron de beber; cuando fui forastero, me negaron hospitalidad; estuve desnudo y no me vistieron; enfermo y en prisión, y no me visitaron". Ellos responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo o en prisión y no te ayudamos?" Y les responderé: "Cada vez que se negaron a ayudar a uno de mis hermanos necesitados, se estaban negando a ayudarme. Irán, por tanto, al castigo eterno, mientras que los justos entrarán a la vida eterna".

Reflexión
Para terminar este recorrido de 31 días con Jesús, veremos más enseñanzas acerca del fin de los tiempos, pero también algunas responsabilidades que como creyentes tenemos en nuestras vidas. Con lo que hemos leído podemos saber que el regreso de Jesús (su segunda venida) será en el momento menos esperado y muchos no estarán preparados. Pero también nos hace un llamado a estar preparados para este acontecimiento.

Para cerrar es imporante que entiendas que tú no puedes ser salvo por tus obras (por lo que haces para Dios), tú eres salvo por tu fe en Cristo (por lo que Él hizo por ti). Pero lo que haces es resultado de tu fe y tu salvación. Las dos historias nos muestran que no podemos gastar nuestras vidas, sino que debemos invertirla al servicio de Dios.

¿Cuál es el servicio a Dios? No se trata de estar metido en la iglesia todo el tiempo. Puede ser el dar un simple vaso de agua al sediento, comida al hambriento, ropa al desnudo, visitar a los prisioneros... cada vez que tú ayudas a alguien en necesidad tú estás ayudando a Jesús. Ser cristiano es "ser un Cristo" y tratar de hacer lo mismo que Cristo hizo mientras estuvo en la tierra.

He pensado en lo que sería ser uno de los doce discípulos y cómo hubiera respondido al dolor y a la injusticia de la cruz. En qué hubiera dicho y qué hubiera hecho. Para nadie es oculto que sueño con ser SUPERHEROE, pero pienso en todas las cosas a las que Jesús se refiere y me doy cuenta que para nada soy super. Y es que viendo cada una de esas situaciones tan reales, que son cuando he visto a Jesús en necesidad (cuando he visto a otros necesitados), me doy cuenta que he perdido muchas oportunidades de servirle a Él. Lo he visto en necesidade mientras manejo a casa y no le he dado comida al hambriento, he tan sólo leído acerca de los prisioneros pero no visitado, y creo que en más de una ocasión no he dado agua al sediento.

Sé que soy salvo por fe, pero que increible oportunidad para hacer -en el nombre de Jesús- cosas que demuestren que mi fe en Cristo es real. Mira tu vida y piensa en cómo puedes demostrar al necesitado el amor de Cristo en prácticas formas. ¿Qué puedes hacer hoy por los necesitados?

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