Y Entonces ¿Quién Podrá Salvarse?

Día 24 Con Jesús
Y Entonces ¿Quién Puede Salvarse?
Descubre lo que hay que hacer para entrar al reino de Dios

Lectura: Mateo 19:13-30
Le llevaron entonces varios niños para que les pusiera las manos encima y orara por ellos. Pero los discípulos reprendieron a los que los traían. Les dijeron: "No molesten al Maestro". Intervino Jesús: "No, no. No impidan que los niños vengan a mí, porque de ellos es el reino de los cielos." Entonces les puso las manos encima a los niños y los bendijo. Luego se fue de allí.

Cierto día, alguien le preguntó: "Buen Maestro, ¿qué bien haré para obtener la vida eterna?" Le contestó Jesús: "¿Por qué me llamas bueno? El único bueno es Dios. Pero déjame contestarte: Si quieres obtener la vida, guarda los mandamientos". ¿Cuáles? Jesús le dijo: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no mentirás; honra a tu padre y a tu madre, y ama a tup rójimo con la misma sinceridad con que te amas a ti mismo". El joven respondió: "Yo siempre he obedecido esos mandamiento. ¿Qué más tengo que hacer?" Le dijo Jesús: "Si quieres ser perfecto, ve, vende todo lo que tienes y dales el dinero a los pobres. de esta manera tendrás tesoros en el cielo. y cuando lo hayas hecho, ven y sígueme". Cuando el joven oyó esto, se fue muy triste porque era extremadamente rico.

Comentó luego Jesús con sus discípulos: "A un rico le es muy difícil entrar al reino de los cielos. Le es más fácil a un camello entrar por el ojo de una aguja que a un rico entrar al reino de Dios". Preguntaron los discípulos algo turbados: ¿Y entonces, quién puede salvarse? Jesús los miró fijamente y les dijo: "Humanamente hablando, nadie. Pero para Dios no hay imposibles". Dijo Pedro: "Nosotros lo abandonamos todo por seguirte. ¿Qué obtendremos en cambio?" Y Jesús le respondió: "Cuando yo, el Hijo del hombre, me siente en mi trono de gloria, ustedes, mis discípulos, se sentarán en doce tronos a juzgar a las doce tribus de Israel. Y cualquiera que haya dejado hogar, hermanos, hermanas, padre, madre, esposa, hijos, tierras, por seguirme, recibirá cien veces lo que haya dejado, aparte de recibir la vida eterna. Pero muchos de los que ahora se creen importantes no lo serán entonces. Y muchos de los que ahora se consideran poco importantes serán los importantes entonces."

Reflexión
Si es la primera vez que lees este pasaje, a lo mejor te pase como a mí: "Creí que para ser cristiano había que deshacerse de todo lo que tenemos para poder seguir a Jesús e ir al cielo".  Y es que Jesús estaba pidiendo a este joven y a sus discípulos que dejasen todo para seguirle, así que parece que la pobreza fuese una consecuencia natural de la obediencia. Por lo que yo comencé a preguntarme si aquellos cristianos que conocía y tenían mucho dinero eran en verdad "verdaderos creyentes". Por algún tiempo viví con esa confusión. ¿Te habías confundido también? Vamos a deshacernos de este malentendido.

Es bien importante no confundir o malinterpretar las verdades eternas que Jesús enseñó a través de algunas acciones que pedía. Por ejemplo, cuando Jesús dijo: "córtate una mano si te es motivo para pecar", Él no estaba diciéndo que te mutilaras literalmente, él estaba pidiendo que fueses drástico, radical en cuanto a tus pecados. Él sabía que una mano menos no ayudaría a cambiar el corazón de nadie.

En lo que hoy leímos, Jesús estaba apuntando a que no hubiera nada antes que Dios. Él sabía que este hombre tenía problemas con el dinero y quería atacar su problema y sacarlo de su corazón. Te acuerdas que leíste: Busca primero el Reino de Dios... y es que Jesús quería ser el primero, antes que el dinero. Otro ejemplo, los primeros dos de los diez mandamientos son: (1) "No tendrás dioses ajenos delante de mí; y (2) "No te harás falsos ídolos" (Exodo 20:3-4). El punto es claro: amar a Dios antes que a nada o nadie más.

Jesús conocía la condición espiritual de este hombre: por fuera obedecía todos los mandatos de Dios, pero por dentro (su corazón) él obedecía a sus posesiones. Jesús dijo "es difícil que un rico entre al Reino..." y los discípulos entendieron perfectamente a qué se refería. Y es que cuálquiera que vive lejos de Dios es "rico" porque cree que no necesita nada, cuando en realidad, es lo contrario.

Aprendamos a reconocer que necesitamos ser "pobres", lo cuál es reconocer que necesitamos que Él esté en primer lugar en nuestras vidas y corazones, para poder entrar en el Reino de Dios.

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