Hay Que Ser Quebrantado

¿¡Quebrantamiento!?
Descubre cómo recibir un nivel espiritual más profundo

Esta es la ofrenda de Aarón y de sus hijos, que ofrecerán a Jehová el día que fueren ungidos: la décima parte de un efa de flor de harina, ofrenda perpetua, la mitad a la mañana y la mitad a la tarde. En sartén se preparará con aceite; frita la traerás, y los pedazos cocidos de la ofrenda ofrecerás en olor grato a Jehová. Y el sacerdote que en lugar de Aarón fuere ungido de entre sus hijos, hará igual ofrenda. Es estatuto perpetuo de Jehová; toda ella será quemada. (Levítico 6:20-22)

¿Habrá requisitos para ser bendecidos en un nivel espiritual más profundo por Dios? ¡Pues sí la hay! Hay algo que Cristo requiere de cada uno de sus siervos. Lo requirió de Pablo cuando fue tirado del caballo en el camino a Damasco. Lo requirió de José cuando fue abandonado, traicionado y vendido como esclavo. Lo requirió de Jacob cuando tuvo que dejar su casa y sufrir necesidades. Lo requiere en cualquier líder que conozcas y que sea usado de manera significativa: ¡Quebrantamiento!

Siempre me pregunté ¿por qué la ofrenda de flor de harina tenía que presentarse en pedazos? ¿por qué los animales sacrificados tenían que ser puestos en pedazos? Y yo suponía que para que entrara en la sartén o pudiesen ser colocados sobre el altar de bronce. Pero ya con la experiencia de vida de muchos siervos del Señor, y entendiendo que ahora Pablo nos invita a ser nosotros mismos el sacrificio vivo (Romanos 12:1) puedo ver que así como la ofrenda se presentaba en pedazos, nosotros seremos presentados como sacrificio vivo pero quebrantados.

El quebrantamiento no es algo que podamos hacer nosotros mismo. Es algo que Dios mismo hace. Así como el sacerdote era quien partía en pedazos la ofrenda, nuestro Sumo Sacerdote, Jesucristo prepara el sacrificio vivo. Nosotros no podemos determinar qué debe ser quebrantado, pero ojo, sí podemos rehusarnos a ser quebrantados. Y es que cuando Dios comienza a trabajar profundamente en nuestras vidas, algunos solemos gritar y dar patadas y salir huyendo del proceso. E impedimos a Dios trabajar en nuestras vidas.

Y es que en nuestra cultura el orgullo y la posición son muy importantes. Se refleja en que muchas veces queremos la unción, pero no queremos el quebrantamiento. El quebrantamiento es considerado como algo malo. Sin embargo, podemos entender que la unción puede estar en nosotros, pero no es eso lo que nos hará agradables a su vista. Dios dice que hasta que seamos quebrantados y puestos en el fuego soltaremos ese aroma agradable para Él.

Dios quiere tratar contigo, así que a orar para que Él vaya moldeando a su Hijo en tu vida sin importar el costo.

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