¡Resiste!

Velad y orad para que no entréis en tentación (Mateo26:41)

¿Alguna vez has pensado en cómo es que las tentaciones llegan tan de repente y sin previo aviso? O ¿no te ha pasado que estás leyendo la Biblia y de pronto te cruzan las ideas más increíbles, mentiras, etc.? ¿Estás frente a la computadora y se te cruza en la mente visitar esas páginas 18+ o te aparece una ventana que dice “Da Clic”? O ¿quizás estás adorando a Jesús en el templo, entonando los cantos y en tu mente comienzan a cruzar pensamientos que no son del Señor?

¿De qué se trata? Esos son los más peligros ataques del enemigo, cuando te agarra desprevenido. Son ataques repentinos, sorprendentes y muy seductores de parte del enemigo. Por algo el Señor dijo. "Velad", porque esta palabra se refiere a la labor que hace una persona que cuida un lugar por las noches para evitar que sea robado o atacado.

El Señor Jesús nos está dando la idea de que el enemigo buscará los momentos en que te descuides para sorprenderte con un ataque; y también que buscará los lugares más descubiertos o fáciles de penetrar. Recuerda que un velador generalmente presta más atención a los lugares en dónde fácilmente se puede colar un ladrón. Por eso, verás que un pequeño descuido y el enemigo estará poniendo ideas en tu cabeza en aquello en lo que es tu área débil.

Pero recuerda, no es un pecado ser tentado. El pecado es ceder a la tentación. Como se dice: “No puedes evitar que las aves vuelen sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que hagan nido en tu cabeza”

Así que cuando venga la tentación y comience a tocar la puerta, ¿qué debes de hacer? Obvio, tienes que tomar una decisión: 1) Puedes orar y pedir al Señor poder y voluntad para resistir a la tentación; o 2) puedes mantener la idea en tu cabeza y finalmente caer en tentación.

El deseo de Dios es que no seas víctima del pecado. Que no te agarre descuidado el enemigo. Por eso Jesús dijo: “Velad y orad para que no entréis en tentación”. Ten cuidado de los ataques del enemigo. Que tu actitud hacia el pecado sea siempre vigilante y de alerta; y de total dependencia del Señor.

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