Volver Al Futuro

¿Alguna vez hiciste algo, de lo cuál te arrepentiste y deseaste tener alguna forma de volver en el tiempo y evitar que pasara? ¿Alguna vez se te ha ocurrido volver en el tiempo y tomar decisiones o acciones de manera diferente a fin de evitarte algunos (o muchos) dolores de cabeza?

Déjame contarte la historia de un hombre que echó a perder un maravilloso futuro por una mala decisión... (Génesis 25:27-34)

Los niños crecieron. Esaú era un hombre de campo y se convirtió en un excelente cazador, mientras que Jacob era un hombre tranquilo que prefería quedarse en el campamento. Isaac quería más a Esaú, porque le gustaba comer de lo que él cazaba; pero Rebeca quería más a Jacob.
Un día, cuando Jacob estaba preparando un guiso, Esaú llegó agotado del campo y le dijo:
—Dame de comer de ese guiso rojizo, porque estoy muy cansado. (Por eso a Esaú se le llamó Edom.)
—Véndeme primero tus derechos de hijo mayor —le respondió Jacob.
—Me estoy muriendo de hambre —contestó Esaú—, así que ¿de qué me sirven los derechos de primogénito?
—Véndeme entonces los derechos bajo juramento —insistió Jacob. 
Esaú se lo juró, y fue así como le vendió a Jacob sus derechos de primogénito. Jacob, por su parte, le dio a Esaú pan y guiso de lentejas.
Luego de comer y beber, Esaú se levantó y se fue. De esta manera menospreció sus derechos (y maravillosos privilegios) de hijo mayor.

Para todos los que vivimos los ochentas no podrán olvidar una trilogía que marcó historia “Volver al futuro”, una peli que trataba de un chico, un científico y una máquina del tiempo (un auto). Siempre buscando la forma de mejorar su futuro. Sin darse cuenta que el modificar el presente (que paradójicamente era el pasado al venir del futuro), era justamente lo que provocaba esos cambios tan drásticos al futuro.

¿Cuántos de nosotros desearíamos tener una máquina del tiempo para poder regresar al pasado y corregir o evitar cometer algunos errores, y por los cuáles hoy estamos sufriendo consecuencias tan feas? ¿Podrías pensar en el peor error de tu vida? Si o no, es donde apareció aquella frase celebre: “Ojala y hubiera sabido que esto pasaría”.

Esaú, por ejemplo, tomó una terrible decisión que cambió por completo el curso de su vida. Después de un mal día de cacería, al regresar a casa cansado y hambriento, vio a su hermano preparando comida. Se le antojó tanto que no se puso a pensar en lo que era capaz de hacer por obtener un plato de comida. Y al final tomó una decisión que afectaría su futuro: vendió su primogenitura (en esa época le aseguraba muchos beneficios como mayor herencia, etc) por un poco de pan y lentejas.

La pregunta forzada es: ¿Qué tan seguido has cambiado o vendido un maravilloso futuro con Dios, o algo que sin duda tendría un valor incalculable en el futuro por algo que tú pensaste necesitabas en ese momento? Para que no vuelva a pasar, ten en cuenta los siguientes consejos que te ayudarán a proteger un buen futuro.

1. No sacrifiques tu futuro por no ver lo valioso que es
Jacob sabía lo que ser el primogénito representaba: más bendición y ser cabeza de su casa. Suena ridículo que Esaú haya cambiado eso por un plato de lentejas, pero es que él nunca valoró lo que tenía. ¿Has sacrificado algo tan importante y valioso, como tu relación con Dios, tu virginidad, tu testimonio, tu salud, tu familia?

2. No sacrifiques tu futuro por tu apetito
Si te dejas dominar por tus apetitos, estás en grave peligro. Esaú pudo ir a prepararse un plato de lentejas él mismo, pero lo dominó el hambre que llevaba. Esta es una de las armas favoritas de Satanás, quiere y puede aprovecharse del deseo que tienes, de tu apetito, tal como intentó hacerlo con Jesús en el desierto cuando tuvo hambre. Satanás te ofrece una instantánea y virtual forma de satisfacer tu necesidad, haciendo a un lado la voluntad de Dios para tu vida. El asunto es que al acceder, las consecuencias te harán sentir tonto y vacío, más que antes. Por eso es tan importante que no cedas a los deseos de tu carne (tus apetitos), sino que seas guiado por el Espíritu Santo.

3. No sacrifiques tu futuro por lo que quieres ahora
La satisfacción inmediata te hace perder muchas bendiciones que Dios tiene preparadas para ti. Él querer tener algo cuando Dios te ha dicho “mejor espera o no”, es considerarte tan sabio como Dios, decidiendo lo que es mejor para ti. Confía más en Dios, Él sabe lo que es mejor, cuándo y cómo para ti. Y es que lo peor de todo, es que cuando tomamos decisiones nosotros nos va mal, como las ocasiones en que tu papá te dijo: “lleva sweater” y no lo llevaste y terminaste con frío, ¿verdad?

4. No sacrifiques tu futuro por algo temporal
Los planes de Dios para tu vida son lo mejor y son eternos. Para que tales bendiciones, beneficios o resultados sera duraderos, se toma su tiempo y eso es lo que nos desespera. Nos falta paciencia, queremos las cosas ya. Por el contrario, los que Satanás ofrece por muy atractivo que luzca, es malo y temporal, placentero sin duda, pero vacío y momentáneo. No cometas el error de ceder al placer temporal. Recuerdas un dicho que va así: “Lo que cuesta es lo que más vale la pena y se valora”. Así son las cosas con Dios.

5. No sacrifiques tu futuro por estar hambriento, enojado, cansado, solo, etc
¿Sabes cuándo eres más vulnerable a los ataques de Satanás? Cuando estás física o emocionalmente cansado. Descansa, no te cargues con trabajo o problemas. Aprende a dar y recibir perdón. Nunca respondas o reclames nada cuando estés enojado, "dalai".

6. No sacrifiques tu futuro por despreciar las cosas espirituales.
Si haces a un lado la sabiduría divina (los mandamientos de Dios), y te rindes a filosofías, materialismo, pensamientos de este mundo inmoral te verás envuelto en graves problemas. Muchos hoy quieren creer que Dios no existe, otros más quieren que creas que lo que es inmoral está bien: orgías, homosexualismo, etc. Pero no hagas a un lado los principios y mandamientos de Dios de tu vida y créeme que te irá muy bien.

7. No sacrifiques tu futuro porque has fallado anteriormente o no te importan las consecuencias
Hay quienes consideran que porque han fallado una vez, ya no se puede hacer nada. Nunca es tarde para corregir. Definitivamente ya no podemos hacer nada para corregir el pasado, pero nunca es tarde para enmendar lo que sigue. Y siempre toma en cuenta lo que podría pasar antes de tomar una decisión o hacer algo.

La mejor manera de proteger tu futuro es refugiándote en Dios y en su Hijo Jesucristo. No eches a perder el gran futuro que te espera en las manos de Dios, cambiándolo por cosas materiales o por placer momentáneo, cuando lo que Dios tiene es algo eterno para tu vida. Si aún no has pedido a Jesús que proteja tu futuro este es un buen día para pedirle que sea tu Señor y Salvador.

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