La Barquita De Madera

En la "Carpinteria Don Pepe", un pequeño niño moldeaba un trozo de madera, sentado con su navaja, tallaba sin cesar y con mucho esmero una barquita. Su padre entró sin que él se diera cuenta y acariciandole la cabeza le dijo: "Hijo, vamos a cenar".

El niño con una enorme sonrisa en su rostro le pidió un poco más de tiempo para terminar la barquita. No era una obra de arte, apenas y tomaba forma de barquita. Pero su padre palmeando su cabeza le dijo: "Te está quedando preciosa hijo. Pero date prisa, te estamos esperando en el comedor. Además, ya es muy tarde para seguir trabajando; ya casi es hora de dormir".

El niño finalmente terminó su barquita. Feliz por haberla terminado juega por un breve momento con ella, imaginándose navegando por los mares en ella. "Wow, me quedó padrísima" -se decía- "Mi hermosa barquita, navegaremos por mares y océanos. Tú y yo tendremos grandes y maravillosas aventuras." Finalmente puso su barquita junto a otras artesanías que estaban en el taller y se fue a cenar y dormir.

Pero esa misma noche, entraron a robar el taller de Don Pepe. Al otro día el niño lloraba desconsolado por la pérdida: "Papá, no es justo. Tenía grandes planes y sueños para mi barquita y yo. Tendríamos muchas aventuras juntos". Su padre lo abrazó y le dijo: "Lo sé hijo. Pronto nos recuperaremos de esta pérdida, sin duda haremos nuevas y mejores obras. Ya verás".

El tiempo pasó y aquel niñito, el hijo del Carpintero, se convirtió en un gran y respetado "Diseñador y Escultor de obras sobre madera". Le dieron el sobrenombre de "El Maestro". Sus obras de arte eran reconocidas por todo el mundo y eran valuadas en miles de dólares. Exponían su arte en todas partes del mundo, para que todos conociesen la calidad y la belleza de sus obras. La calidad y la majestuosidad de sus obras saltaban a simple vista. Nadie podía negar el maravilloso don que tenía "El Maestro" de convertir un simple pedazo de madera, en una obra de arte.

Cierto día, El Maestro caminaba y entró a una "Tienda de Antiguedades", atraído por una pequeña barquita de madera que estaba exhibida en una vitrina. Pidió al vendedor que se la enseñara. Al tenerla en su mano, se pudo notar que sus ojos se humedecieron y después de examinarla minuciosamente, preguntó: "¿Cuánto quiere por ella?". El vendedor dudó, se rascó la cabeza porque nunca antes le habían preguntado por esa barquita.

"¿Me aceptaría $10,000?" -preguntó El Maestro. A lo que el vendedor, asombrado por la oferta y no queriendo que el comprador se arrepintiera dijo sí inmediatamente. En el rostro de El Maestro se dibujó una felicidad indescriptible.

El vendedor extrañado y no resistiendo la curiosidad le preguntó: "Señor, ¿no es usted el famoso artista de madera "El Maestro"?. A lo que asintió. "Me preguntaba ¿por qué pagó tanto por un simple pedazo de madera, tan mal tallada y esculpida?"

"Ah, mire usted, hace muchos años, un pequeño niño esculpió un pedazo de madera y la convirtió en una barquita. Pero una noche, un ladrón se la llevó lejos de él. Y aunque pasaron muchos años, jamás perdió la esperanza de encontrarla nuevamente." -el vendedor interrumpió "Y ¿eso qué tiene que ver con usted?"

"Pues ese niño soy yo. Cuando era apenas un niño yo hice esta barquita. Pero un ladrón la quitó de mil ado. Pero nunca dejé de buscarla. Y aunque han pasado muchos años, nunca me olvidé de ella. Es cierto, de mis manos han surgido otras obras realmente maravillosas, preciosas y de gran valor; pero para mí, no existe creación más maravillosa y valiosa que esta pequeña barca. Y es por eso que me ha importando poco el precio que tuve que pagar con tal de tenerla de vuelta a mi lado. Por fin está nuevamente conmigo. Por fin cumplirá su propósito en mis manos. Grandes y maravillosas aventuras tendremos juntos."

"Esta es mi barca, es mi creación más preciada, es obra de mis manos. Y no importa el precio tan alto que tuve que pagar por ella. Está nuevamente en mis manos; porque sólo en estas manos puede cumplir su propósito. El propósito para el cuál la creé".


Tú y yo somos esa barquita que el Divino Maestro Jesús ha creado. Y aunque un día el ladrón, satanás, te quitó de su lado y te dejó hundido en el pecado, convirtiéndote en lo vil y despreciado del mundo. El Maestro no se olvidó de ti, y nunca dejó de buscarte. Tuvo que pagar un precio muy alto, su vida, con tal de tenerte nuevamente a Su lado. ¿Quieres estar en sus manos nuevamente?

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