¿Exagerando Yo?
Falacias
Pero ¡Qué Exagerado Me Resultaste!
Descubre porque las exageraciones pueden hacernos perder lo que Dios tiene para nosotros
"Nunca digas nunca", aun recuerdo mi materia de redacción de la universidad. Me llamó muchísimo la atención algo que se llama "Falacia", es cuando en un enunciado se asegura que "Todos" o "Nadie", "Siempre" o "Nunca". Una falacia básicamente es una exageración acerca de algo, lo cuál la mayoría de las veces resulta en una mentira.
Por ejemplo, supongamos que fuiste a un concierto que estuvo muy bueno. Y tú me dices: TODOS estaban cantando las rolas. Es una falacia la cuál se convierte en mentira, porque es muy probable que al menos UNO no haya cantado. O que hayas ido a una fiesta en la cuál te aburriste y vienes a decirme a NADIE le gustó. Esa es otra Falacia la cuál se convierte en otra mentira, ya que es casi seguro que al menos a una persona la fiesta le haya parecido divertida.
Por otro lado, es casi seguro que hayamos tenido temporadas en las que nos sentimos abrumados, y cuando eso ocurre, es fácil que nuestra manera de pensar pierda el enfoque. Y comenzamos a exagerar las situaciones: "Yo nunca voy a conseguir un mejor trabajo." "Nunca me voy a casar." "Siempre estaré en deuda." "Nunca voy a perder peso." ¿Suena familiar? Todas ellas son falacias.
Las exageraciones nos hacen perder la dimensión real de las cosas. Sean buenas o sean malas. Las falacias o exageraciones nos llevan a apreciar las cosas de una manera incorrecta. Por eso la Biblia nos enseña que no tengamos un concepto más alto de uno mismo, sino que pensemos con cordura (Romanos 12:3). En otras palabras, que no seamos exagerados.
Una de las maneras de encontrar el equilibrio de nuevo es aprender a reconocer y evitar pensar de una manera exagerada. Cuando nos esforzamos por mantener una perspectiva equilibrada, podemos ver las cosas en la forma que realmente son. Verás los problemas de una manera más fácil, y encontrar la solución a lo que sea que nos enfrentemos. Por otro lado, cuando pensamos exageradamente en algo, esto puede hacernos perder muchas oportunidades y momentos importantes con la familia y nuestros seres queridos.
Así que a evitar las falacias en tu vida. ¡No seas exagerado!
Pero ¡Qué Exagerado Me Resultaste!
Descubre porque las exageraciones pueden hacernos perder lo que Dios tiene para nosotros
"Nunca digas nunca", aun recuerdo mi materia de redacción de la universidad. Me llamó muchísimo la atención algo que se llama "Falacia", es cuando en un enunciado se asegura que "Todos" o "Nadie", "Siempre" o "Nunca". Una falacia básicamente es una exageración acerca de algo, lo cuál la mayoría de las veces resulta en una mentira.
Por ejemplo, supongamos que fuiste a un concierto que estuvo muy bueno. Y tú me dices: TODOS estaban cantando las rolas. Es una falacia la cuál se convierte en mentira, porque es muy probable que al menos UNO no haya cantado. O que hayas ido a una fiesta en la cuál te aburriste y vienes a decirme a NADIE le gustó. Esa es otra Falacia la cuál se convierte en otra mentira, ya que es casi seguro que al menos a una persona la fiesta le haya parecido divertida.
Por otro lado, es casi seguro que hayamos tenido temporadas en las que nos sentimos abrumados, y cuando eso ocurre, es fácil que nuestra manera de pensar pierda el enfoque. Y comenzamos a exagerar las situaciones: "Yo nunca voy a conseguir un mejor trabajo." "Nunca me voy a casar." "Siempre estaré en deuda." "Nunca voy a perder peso." ¿Suena familiar? Todas ellas son falacias.
Las exageraciones nos hacen perder la dimensión real de las cosas. Sean buenas o sean malas. Las falacias o exageraciones nos llevan a apreciar las cosas de una manera incorrecta. Por eso la Biblia nos enseña que no tengamos un concepto más alto de uno mismo, sino que pensemos con cordura (Romanos 12:3). En otras palabras, que no seamos exagerados.
Una de las maneras de encontrar el equilibrio de nuevo es aprender a reconocer y evitar pensar de una manera exagerada. Cuando nos esforzamos por mantener una perspectiva equilibrada, podemos ver las cosas en la forma que realmente son. Verás los problemas de una manera más fácil, y encontrar la solución a lo que sea que nos enfrentemos. Por otro lado, cuando pensamos exageradamente en algo, esto puede hacernos perder muchas oportunidades y momentos importantes con la familia y nuestros seres queridos.
Así que a evitar las falacias en tu vida. ¡No seas exagerado!
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