El ayuno

Ejercicio espiritual, olvidado.
El ayuno, es un ejercicio espiritual al que voluntariamente un creyente se puede someter a fin de afligir su alma (Salmos 69:10), al privarle de placeres que obtiene a través de nuestros sentidos físicos: tales como alimento para saciar su apetito, música o artes para disfrutar de la belleza o hallar consuelo, en nuestra época hasta las redes sociales, series o movies a fin de tener placer y entretenimiento, sexo, deportes, etc. (Daniel 6:18). El alma, al verse privada de todo placer, se aflige, se humilla y es en esta situación, o posición del alma, en la que podemos ser más sensibles a la dirección de Dios (Hechos 14:23).

Pero uno de los beneficios extras, obtenido por la práctica habitual del ayuno, es la fortaleza y capacidad de vencer a las tentaciones (incluso la de identificar cierto género de demonios y que éstos huyan delante nuestro). ¿Por qué? Bueno, el ayuno es una especie de entrenamiento para superar las tentaciones:

1. Cuando decides que vas a ayunar, voluntariamente estás dispuesto a renunciar a darle ciertos placeres a tu alma, a fin de obtener una mejor dirección de Dios. Cuanto tú entregas tu vida a Cristo, voluntariamente estás dispuesto a renunciar a ciertos hábitos que son contrarios a la voluntad de Dios, pero que te han producido placer, todo a fin de seguir el Camino y Voluntad de Dios.

2. Cuando entras en ayuno, descubrirás que el hambre no desaparece. Y te atacará a las horas acostumbradas (las horas en que acostumbras comer). Cuando rindes tu vida a Cristo, descubres que los deseos pecaminosos continúan, y atacan como de costumbre: cuando estás solo, o en compañía de ciertas personas o amistades, cuando hay tensión nerviosa, o dificultades, etc.

3. Cuando estás en ayuno, descubrirás que tu mamá prepara tu comida favorita, o tus amigos se ponen espléndidos y te invitan lo que tanto has querido, pero justo ahora que has decidido no comer. Cuando estás en Cristo, descubrirás que todo aquello que tanto habías deseado, ahora sí te lo ofrecen y hasta hay facilidades para cometer la acción. ¡Sí!, justo ahora que has dicho a Dios que ya no lo harías.

4. Cuando estás en ayuno, descubrirás que de pronto, de manera inesperada, te ofrecen unos 'cacahuates' o un 'nacho cubierto de queso amarillo, frijol y su chile en raja', o una mordida a un 'taco', o un sorbo de 'pozol' o tu bebida favorita; y en más de una ocasión lo probarás y terminarás escupiéndolo cuando recuerdes que estás ayunando. Así en tu caminar cristiano, descubrirás que las tentaciones suelen llegar de manera inesperada, una ventana que te ofrece entrar a páginas pornográficas, un chat equivocado con una 'nude', pasas al lado de quienes están fumando marihuana y te llega el aroma por acción del viento, un dinero o móvil sin dueño a la mano, etc.

5. Pero, cuando estás ayunando, descubrirás que 'no sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que procede de la boca de Dios. ¡Sí!, si te mantienes orando y leyendo Su Palabra (la Biblia), descubrirás una fuente única de fortaleza tanto física, para tu alma y espiritual. Que hará que te sobrepongas al hambre o al deseo de placer. Así, en el caminar con Cristo, descubrirás que las tentaciones, sean las de costumbre así como las sorpresivas, pueden ser vencidas si te aferras a cada palabra y promesa de Dios para tu vida, si te aferras a Cristo.

El ayuno, es un ejercicio espiritual que no deberíamos desperdiciar. Deberíamos aprovecharlo constantemente. No olvidemos que el Señor Jesús dijo en Lucas 5:35, que cuando Él ya no estuviera entre nosotros, esos días tendríamos que ayunar. Así que...¡a ayunar!

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