Cuando el sufrimiento llega - dia 8

Entonces Job habló de nuevo: »Estoy harto de mi vida. Dejen que desahogue mis quejas abiertamente; mi alma llena de amargura debe quejarse. Le diré a Dios: “No me condenes de plano, dime qué cargos tienes en mi contra. ¿Qué ganas con oprimirme? ¿Por qué me rechazas, siendo yo obra de tus manos, mientras miras con favor los planes de los malvados? ¿Son tus ojos como los de un ser humano? ¿Ves las cosas de la misma manera que la gente? ¿Dura tu vida lo mismo que la nuestra? ¿Es tu vida tan corta que tienes que apurarte a descubrir mi culpa y a buscar mi pecado? Aunque sabes que no soy culpable, no hay quien me rescate de tus manos.
»”Tú me formaste con tus manos; tú me hiciste, sin embargo, ahora me destruyes por completo. Recuerda que me hiciste del polvo; ¿me harás volver tan pronto al polvo? Tú guiaste mi concepción y me formaste en el vientre. Me vestiste con piel y carne y tejiste mis huesos junto con mis tendones. Me diste vida y me mostraste tu amor inagotable, y con tu cuidado preservaste mi vida.

»”Sin embargo, tu verdadero motivo —tu verdadera intención— era vigilarme y, si cometía pecado, no perdonar mi culpa. Si soy culpable, mala suerte para mí; aun si soy inocente, no puede mantener mi cabeza en alto porque estoy lleno de vergüenza y sufrimiento. Y si mantengo mi cabeza en algo, tú me persigues como un león y despliegas contra mí tu imponente poder. Una y otra vez testificas en mi contra; derramas sobre mí tu creciente enojo y desplazas tropas de relevo contra mí.

»”¿Por qué entonces me sacaste del vientre de mi madre? ¿Por qué no me dejaste morir al nacer? Sería como si nunca hubiera existido; habría ido directamente del vientre a la tumba. Me quedan pocos días, así que déjame en paz para que tenga un momento de consuelo antes de irme —para nunca más volver— a la tierra de oscuridad y penumbra absoluta. Es una tierra tan oscura como la medianoche, una tierra de penumbra y confusión donde aun la luz es tan oscura como la medianoche”».

Entonces Zofar el naamatita respondió a Job:
«¿No debería alguien responder a este torrente de palabras? ¿Se declara inocente a una persona solo porque habla mucho? ¿Debo quedarme en silencio mientras tú sigues parloteando? Cuando te burlas de Dios, ¿no debería alguien hacerte sentir vergüenza? Tú afirmas: “Mis creencias son puras” y “estoy limpio a los ojos de Dios”. Si tan solo Dios hablara; ¡si tan solo te dijera lo que piensa! Si tan solo te declarara los secretos de la sabiduría, porque la verdadera sabiduría no es un asunto sencillo. ¡Escucha! ¡Sin duda Dios te está castigando mucho menos de lo que mereces!

»¿Puedes tú resolver los misterios de Dios? ¿Puedes descubrir todo acerca del Todopoderoso? Tal conocimiento es más alto que los cielos y tú, ¿quién eres? Es más profundo que el averno ¿y qué sabes tú? Es más extenso que la tierra y más ancho que el mar. Si Dios pasa por aquí y mete a alguien en la cárcel o llama al orden a los tribunales, ¿quién puede detenerlo? Pues él sabe quiénes son los impostores y toma nota de todos sus pecados. El que tiene la cabeza hueca no llegará a ser sabio como tampoco un burro salvaje puede dar a luz un niño.

Continuará ...

Se Vale Orar
En medio del dolor y la dificultad, algo que con mucha facilidad somos tentados a dejar de hacer pero que no debemos dejar de hacer (o invitar a hacer a quién está sufriendo) es orar. Dios no está lejos de nosotros en esos momentos, al contrario, está mas cerca que nunca.

Pero, debes tener en cuenta que la oración no es magia, no es por orar que Dios quitará el problema o las consecuencias. Tampoco es una forma de salirse de las dificultades, es más bien, un medio que nos ayuda a entender mejor y hallar significado a nuestra situación.

El Punto
El protestar ante Dios y hacerle preguntas acerca de lo que estamos viviendo o sufriendo no es una blasfemia, al contrario, es una forma de oración. Podemos expresar nuestros sentimientos abiertamente ante Dios, Él no se ofenderá al contrario está en la mejor disposición de explicarte y consolarte.

P.D. Jamás debemos comportarnos como el amigo de Job, quién no permitió que Job expresara sus sentimientos y frustraciones, y por el contrario lo juzgó. Dios sí habla y responderá al dolido, no debemos intentar "explicar" o "intentar decir lo que Dios piensa", porque los pensamientos de Dios son más grandes que los nuestros. Al contrario, estemos con el dolido, ofreciéndole nuestra compañía y amistad y nuestra más sincera comprensión.

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