Compartiendo Con Adolescentes


No me considero un experto, pero sí alguien con experiencia en este asunto. Si me lo permites, te diré algunas cosas que hago para mantener la atención de los chicos cada vez que me toca compartir un tema con ellos y lograr que la enseñanza profundice.

1. Siempre dar el contexto
Cada vez que leas un versículo, nárrales el contexto. Explícales la situación que se vivía, en qué lugar se desarrolló, en otras palabras: píntales el panorama completo antes.

El contexto va abriéndoles la perspectiva a los chicos. Al hacerlo, podrás notar que algunos comienzan a sacar sus propias conclusiones y otros más hasta quizás se adelanten a decirte la verdad que quieres expresar o que está implicada en el versículo. Y es que el contexto ayuda a que los chicos se interesen en lo que vas a decir, pero también en la historia completa, por lo que los estarás alentándolos a leer más su Biblia.

2. Matizar
Estudié un poco de música, y allí aprendí que para que una pieza trasmita lo que debe trasmitir, y para no dormir al escucha, se debe matizar, es decir combinar distintos elementos como silencios, pausas, fuerza en la interpretación, etc.

Cada vez que comparto algo con los chicos procuro hacer pausas, énfasis en ciertas frases, algunos puntos levantar la voz y en otros incluso hasta susurros. Para algunas verdades uso imágenes, historias, chistes, etc. La idea es no sólo hablar y hablar y hablar, sino combinar elementos que hagan el tema no solo atractivo, sino interactivo y más entendible.

3. Hacer buenas preguntas
Otra de las cosas que hago con mucha frecuencia es formular preguntas, pero no solo preguntas que puedan responder con un sí o con un no. Sino preguntas que los lleve a pensar, razonar, y sacar sus propias conclusiones. A veces incluso formulo preguntas para que las respondan y genere un poco de debate al permitirles expresar su opinión.

Espero te sean útiles y que puedas compartirme lo que tú haces, sin duda me será de mucha ayuda. ¡Éxito en tu tarea!

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