Has Cambiado Mi Lamento



Los Salmos muestran el lado que muchas veces olvidamos al leer acerca de los héroes de la fe: el lado humano. Y es que tenemos la tendencia de olvidar que aquellas personas a las que admiramos, son también seres humanos: se cansan, duermen, lloran, comen, y hasta van al baño.

Al admirar a una persona exitosa o que tienen algo que nosotros aspiramos, fijamos nuestra atención en lo que ahora es, pero olvidamos que hubo un proceso para que llegara a ese punto. Un proceso que muchas veces les trajo dolor, penas, sufrimientos, etc. Y tú que estabas pensando que eras el único o un fracasado porque a ti te pasa todo eso. Ellos también lo pasaron, pero se sobrepusieron, no dejaron que la adversidad los dejara en el suelo.

Pero acompáñame a analizar el Salmo 30, que fue compuesto por David. El rey confiesa que tenía enemigos, que querían humillarlo, jactarse o burlarse de él, pero revela también que quien le ayudó a vencerlos fue Dios. También nos confiesa que estuvo enfermo, y quién le devolvió la salud, fue Dios (y al decir esto no me refiero a que no fue a ver a un médico, aunque estoy seguro que en más de una ocasión Dios intervino de manera milagrosa; pero agradece a Dios porque Él es quien también da sabiduría a un médico para determinar el mejor tratamiento). También nos confiesa que estuvo a punto de morir, pero que Dios mismo no lo permitió. ¡Ah!, también nos muestra cuánto lloró, pero como la alegría llega cada mañana.

¿Y qué crees? También enfrentó la tentación más grande: la prosperidad. Y nos revela que falló ante ella, que sucumbió creyendo que por ser próspero nada podía detenerlo. Olvidó que fue el favor de Dios lo que la mantuvo firme, hasta que el Señor se lo hizo notar apartándose de él.

La conclusión es hermosa, Dios cambia nuestro lamento en danzas. ¿Por qué? Porque la danza es de las expresiones más emocionales que existen, ya que implica el uso de todo el cuerpo para expresar alegría, júbilo, etc. Y añádele la gratitud que hay en el corazón, ésta se convierte en una experiencia divina. Y esto mismo hará por ti el Señor. No importa la situación que pases, sea por circunstancias de la vida, sea por causa de terceros, sea por consecuencia de tus malas acciones o decisiones, si no te sueltas de la mano de Dios, Él se encargará de convertir siempre tu lamento en danza y cantos de alegría. ¡Cómo no hemos de darle gracias y gloria siempre!

Comentarios

ROCIO BORRALLES ha dicho que…
Q hermoso y asi es Dios nos tiene sobre El...sabes esto me supo como la reflexion de las huellas sobre el mar....graxias mi buen amigo

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