Aunque Un Ejército



Probablemente ni tú, ni yo nos veamos en la terrible situación de tener que enfrentar a un ejército y sus tanques de guerra. Pero eso no significa que en diferentes etapas de la vida, tu experiencia sea como la de estar rodeado por un poderoso ejército.

Por ejemplo, el fin de semana estaremos hablando acerca del Bullying (específicamente Ciberbullying). Un mal que siempre ha existido. Y contrario a los que otros opinen, un mal que no debería existir y tampoco necesario para forjar el carácter de alguien. Sin embargo, es un mal que comienza desde la escuela y continúa en el ambiente laboral. ¿Cuántas veces te has sentido atacado y bombardeado con críticas, apodos, burlas, amenazas, comentarios vergonzantes, zapes, ‘travesuras’, bromas pesadas y hasta golpes? Y nadie te ha defendido, por lo que en más de una ocasión has deseado (si aún no lo has hecho) dejar de hacer lo correcto, lo que sabes que está bien, para ver si así te dejan de molestar (optando por responder a los golpes o insultos, o incluso hasta deseando poder matar al susodicho).

¿Qué me dices de las ocasiones en las que parece que alguien se las trae contra ti y empiezan problemas en el trabajo o negocio, con compañeros, jefes, clientes o proveedores. Y al llegar a casa problemas con los hijos, con la pareja y el vecino que llega a reclamar. Y si no fuese suficiente, ¡pum!, una enfermedad? Te han rodeado y te están atacando. Y muy seguramente has pensado: Pero si estoy tratando de ser buena persona, ¿por qué a mí? Mejor me hago malo y hago lo malo, a ellos les va mejor.

David fue un hombre que experimentó esta situación, no una o dos veces, muchas veces (y también literalmente rodeado por ejércitos enemigos). ¡Sí!, así como tú y como yo. Date cuenta que no es una cuestión de ‘castigo de Dios’, o una cuestión de ‘Dios quiere que pases por ello’. Es una cuestión de la vida en sí. Pero, que no importa qué tan difícil sea, qué tan imposible parezca, Dios está contigo, puedes confiar en Él. Permite que te acompañe y guíe ante esta situación para salir de ella. La otra promesa, es que Dios usará lo que estás experimentado para producir algo ‘muy bueno’. Esa era la confianza del rey David: si me atacan, Dios convertirá sus ataques en beneficio mío.

¿Qué fue de David? Hoy lo recordamos como el Rey más grande que tuvo la nación de Israel




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