Aciertos En El Ministerio
Bueno,
anteriormente les compartí algunos de los errores que he cometido en estos años
de ministerio. Ahora es tiempo de que te comparta lo que me ha resultado.
Espero te sea útil.
1. Preparar A Otros. Algo que me ha
servido mucho es recordar que el ministerio que realizo no es algo nuevo,
alguien más lo ejercía antes que yo, y alguien más deberá ejercerlo cuando yo
ya no esté, así que debo preparar a otros para que puedan hacerlo si yo no
estoy. Por otra parte, tampoco soy capaz de cuidar a muchos, tengo un límite,
por tanto necesito preparar a otros para que me ayuden.
2. Prepararme
Constantemente. Leo, estudio, me capacito, reconozco que sé poco de lo que hago y que
necesito estar cada día más y más preparado. He hecho mío un dicho de John
Maxwell: ‘Mientras estés verde seguirás madurando; cuando estés maduro te irás
pudriendo’; por tanto prefiero seguir aprendiendo.
3. Me Planteo
Objetivos. Todo cuanto hago tiene un porqué. No me gusta hacer nada sin un
objetivo claro. Si realizo una reunión, el objetivo debe ser claro: de alcance
o de crecimiento. Y en base a ello organizo para no mezclar las cosas y
terminar con algo mediocre.
4. Me Apoyo En Otros. Reconozco que tengo
habilidades para algunas cosas, pero hay cosas que por más que le intente jamás
podré hacerlo. Por tanto he aprendido a dar oportunidad a otros a que hagas
aquellas cosas en las que yo no soy bueno. Y también he aprendido a dejar que
otros hagan lo que yo podría hacer, pero sin duda ellos lo harán mejor. Esto me
costó, y quizás también te cueste, porque esperaba que lo hicieran como yo lo
haría; pero eso es imposible, no son yo. Por tanto debo dejar que lo hagan a su
manera.
5. Tomo Recesos. Vale la pena de vez
en cuando tomarse un descansito. Ahora que estoy haciendo ejercicio recordé lo
importante que es tomar un momento para respirar profundamente y continuar con
las repeticiones. Tu cuerpo se fortalece nuevamente y te da energía para
terminar con la rutina. Así es en el ministerio, podemos cansarnos fatalmente
(llegar al fastidio) si no tomamos recesos.
6. Renuevo Mi
Compromiso. Procuro pensar una y otra vez en aquello que me motivo a trabajar con
los adolescentes. A veces me apoyo viendo películas que me recuerdan la
importancia de hacer lo que hago, que me ayudan a valorar lo que Dios hizo en
mí. Y entonces termino repitiéndome ¡Gracias Señor!, aquí estoy para lo que te
pueda ser útil.
7. Aprendí A Decir
¡No! Recuerdo
que alguien me obsequió un libro llamado ‘Lo Positivo Del No! Y es que a veces
me metía en muchos problemas por no saber decir ¡no! Pensaba que se ofenderían,
que era mi responsabilidad decir SI a todo. Pero aprendí a decir no, y a dar
lugar a las prioridades.
8. Me Permito Fallar.
He
aprendido que los errores no me hacen un fracasado, me haces más experimentado.
La próxima vez sin duda lo haré mejor.
9. Procuro Ser
Honesto Conmigo Mismo Y Con Los Demás. No intento aparentar algo que no soy. A veces soy bueno, a veces soy
muy malo.
10. Trato De Reconocer
Mis Debilidades. Muy importante, porque esas debilidades son las que pueden tirar al
suelo todo. Las debilidades de mi carácter pueden acabarme como persona; las
debilidades ministeriales son las que pueden echar a suelo la obra que realizo,
o simplemente no ayudarme a alcanzar lo que tanto anhelo.
Bueno… ¿cómo
ven… les será útil? Luego les doy más.
Comentarios