Cuida Bien Tu Corazon

El corazón, hablando del músculo físico, alimentado por arterias, bombea y regula el flujo sanguíneo que transporta oxígeno y nutrientes a través de nuestro cuerpo. Al ejercitar este músculo, a través de ejercicios cardiovasculares y lo alimentamos con nutrientes saludables, crece cada día más fuerte y saludable. Pero si no te ejercitas y te alimentas con toxinas, este músculo crecerá débil y las arterias se taparán, conduciendo a a un ataque al corazón.

Es notorio que la Biblia utilice este músculo para referirse también a lo espiritual. El corazón es el asiento de nuestras pasiones, lo que impulsa a ser lo que somos y a actuar como lo hacemos. Es decir, la esencia de nuestro carácter. ¿Qué pasa si nuestro corazón espiritual es alimentado con toxinas o no lo ejercitamos? Crece débil, se obstruye y envía toxinas venenosas a cada área de nuestras vidas. Por ejemplo: al ser heridos, filtramos desechos tóxicos que nos envenena al bombearlo a nuestras demás relaciones, a la autoestima, etc. Aun cuando no seamos conscientes de esto.

Dios nos instruye a que "Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida" (Pr 4:23). Porque, por no hacerlo es que hoy vivimos rodeado de personas heridas que hieren a los demás; personas quebrantadas que quebrantan a los demás; personas destrozadas que destrozan a otros; etc.

Obvio que vamos a ser heridos, muchos hemos sufrido ofensas, pero muchos viven con ella sin perdonar. Muchos sufren incluso antes de nacer, cuando no son deseados por sus padres o son abandonados por lo mismo. Experimentamos tanto abadono y rechazo que en ocasiones, los mecanismos de defensa que tomamos no son los adecuados: perfeccionismo, falta de perdón, amargura, culpa, ira, negación, etc. El verdadero problema es que las toxinas están dentro, las seguimos filtrando y bombeando a diferentes áreas de nuestra vida, lo que conduce a que finalmente destruyamos las relaciones que más valoramos.

¿Qué tal la vergüenza? Es posible que ni siquiera notemos que muchas de nuestras reacciones son basadas en la vergüenza, por cosas horribles que hicimos en el pasado, por cosas que nos hicieron y queremos enterrar u olvidar, por cosas que estamos haciendo y que no hemos podido abandonar. Ese sentimiento que tenía Pablo de saber lo que tenía que hacer, pero terminar haciendo aquello que no quería más hacer. Y esta vergüenza nos hace sentir atrapados en un desierto, en el que queremos disfrutar de amor, perdón, bondad, alegría, paciencia, paz, etc., pero que nos hace vivir en ira, culpa, impaciencia, celos, estrés, juicio, sospecha, y lo que se acumule.

Pero hay una maravillosa noticia, así como existen tratamientos y alimentos para fortalecer el corazón y reducir el colesterol, también para tu corazón espiritual hay una solución. Ven a Dios, habla con él sobre tus pensamientos, tus sentimientos, tus recuerdos más dolorosos, etc. Tienes que ser transparente con Él, dolerá sin duda pero será necesario. Puedes buscar también ayuda y consejo con personas más experimentadas y confiables.

Cuando lo hagas, Dios irá destruyendo 'defensas' que has puesto, pero que son inservibles, a fin de limpiar y purificar tu corazón y cada área que ha sido contaminada. A fin de que experimentes la libertad, el paso del desierto a una tiera prometida. El Señor irá sanando tu corazón y tu fe, fortaleza, coraje y ánimo para seguir se elevarán. Dios cambia tu corazón que se ha hecho de piedra de tanta toxina, para reemplazarlo con un corazón saludable, lleno de vida, saludable (Ez 36:26).

Podrás descubrir que:
Las personas heridas, liberadas por Dios, pueden ayudar a sanar a otras.
Las personas quebradas, liberadas por Dios, pueden ayudar a vendar a otras.
Las personas destrozadas, liberadas por Dios, pueden ayudar a restaurar a otras.

Mantén tu corazón saludable, acércate a Dios para que te limpie y purifique.

Comentarios

Los más leídos