Mientras Esperas


Preguntas que seguramente te has hecho ¿Hasta cuándo Señor? ¿Cómo sabré reconocerlo? mientras esperas el cumplimiento de una promesa de Dios.
¿Qué tal si el momento correcto, la persona correcta, la situación correcta pasa sin darme cuenta?

Si tú no, yo sí me la he hecho una y otra vez; y también me he imaginado a Dios diciéndome: ¿No te he prometido puras cosas buenas? ¿No te he dicho ten esperanza en el futuro? ¿No te he prometido manantiales en el desierto? ¿No puedes creer que hay un propósito mientras esperas?

Ni tú ni yo sabemos cuánto durará el MIENTRASTANTO. Puede ser unos cuántos meses o muchos años. Pero una cosa siempre será cierta: Si tu prioridad es encontrar al indicado, el momento correcto, el ministerio correcto, la señal de parte de Dios, nunca estarás satisfecho. ¿Qué puedes hacer mientras esperas?

1) Conoce A Dios. Aun el mejor esposo puede fallar; aun el mejor plan puede fallar; aún el mejor negocio puede acabar, etc. Dios nunca falla. Toma tiempo para hablar y para escuchar lo que Dios tiene que hacer o decir acerca de tu futuro. Medita en su fidelidad. Su amor incondicional. Experimenta su presencia a diario y desarrollarás una confianza celestial en todo cuanto hagas.

2) Se Parte De Un Grupo. La vida se vuelve infinitamente rica cuando generamos y nutrimos amistades. Es muy fácil desarrollar un colador para sólo relacionarnos con aquellas personas que son “prospectos”. Pero resiste a la urgencia. Desarrolla amistades con más, los amigos son como brazos de Dios que pueden sostenerte cuando las cosas no van bien, o darte una nueva visión o consejo cuando parece que no hay alternativas.

3) Haz Lo Que Te Gusta Hacer. ¿Has querido cantar, escribir, dibujar? ¿Tienes un artista reprimido en tu interior? Desarrolla tus talentos, Dios te los ha dado para que los uses para traer Gloria a Su Nombre. Es muy probable que al hacerlo descubras más fácilmente la voluntad y el propósito de Dios para tu vida.

4) Descubre Algo Nuevo. ¿Siempre quisiste aprender a tocar algún instrumento? ¿Algún libro que pensaste escribir? ¿Algún idioma que quieres aprender? ¿Qué tal un viaje a Europa? Este es el momento. Si puedes ir tras un sueño, hazlo. Si tienes poco dinero, es tiempo de ahorrar. Incrementa tu conocimiento leyendo libros, que tal un viaje misionero.

5) Ayuda A Otros. Un poeta escribió: “Busqué mi alma, pero no podía ver mi alma. Busqué a mi Dios, pero mi Dios me eludió. Busque a mi hermano, y me encontré con los tres.” Que tal visitar a los enfermos, a los huérfanos, a los ancianos. Que tal llevar comida a los pobres. Que tal ser un mentor. Ayudar a otros suele llenar el vacío que nos inunda.

6) Se Razonable. Hay quienes no se arriesgan porque o esperan un(a) supermodelo para salir. O condiciones perfectas o señales de para considerar que es la voluntad de Dios.

7) No Te Comprometas Rápidamente. Es cómico lo que solemos hacer cuando nos desesperamos. Personas que tienen muy poco en común se atraen. Involucrarse en ministerios en los que no puedas desarrollar tus talentos y habilidades. Aceptar retos sin saber nada al respecto. Involucrarse en actividades que requiere hacer a un lado o bajar un poco la moral y el estándar de vida que tenemos como hijos de Dios. Nos comportamos como el Hijo Pródigo.

Pregúntale nuevamente al Señor: ¿Hasta cuándo Señor? Y escucha ahora la respuesta del Señor:
Pues ya estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un camino a través del desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía. (Isaías 43:19).

Dios tiene un plan maravilloso para ti. Tiene la persona perfecta para ti, tiene el ministerio correcto para ti, tiene el trabajo perfecto para ti. Tiene la meta próspera y exitosa que anhelas. Pero no existe la fórmula mágica para hallarlo. Con cada uno es diferente, pero lo que sí te puedo decir es que cada uno de nosotros elige cómo invertir sus días, pero no olvides que Cristo vino para que tengas vida, una vida plena y abundante (Juan 10:10). No solo la meta, sino la vida. Así que mientras esperas, disfrútala.

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