Guiado Por Dios

Pero bueno, llega el momento en que debes
de dejar de conocer a Dios por lo que dicen los demás, para comenzar a conocer
a Dios personalmente. Y entonces he descubierto que esa idea está muy lejos de
la realidad. Dios ¡sí es omnisciente!, pero eso no significa que ya tu vida
está escrita y que no importan tus decisiones. Eres tú quien debe decidir y ¡Sí
importan tus decisiones!, por tanto deberías considerar el hecho de pedir guía
y dirección a Dios.
Permíteme explicarte algo, el conocimiento
de Dios va más allá de lo que decidamos, también sabe lo que pasaría si
hubiésemos decidido hacer otra cosa. En otras palabras, el conocimiento de Dios
abarca lo que decidas y hasta lo que no decidas hacer. Un ejemplo: Él sabe lo
que pasará si en este momento decides continuar leyendo, pero también sabe lo
que pasará si decides dejar de leer. Así que la decisión que tú tomes y las
consecuencias que traerá consigo tal decisión, ¡Él ya las conoce! Y esto me
lleva a la importancia de pedir su ayuda y dirección. Por qué nadie mejor que
Él para mostrarte aquellos caminos y decisiones, cuyas consecuencias sean
favorables.
Pedir a Dios su guía y dirección no
significa que no vendrán problemas. Porque la senda correcta, y los caminos que
debemos seguir, exigen que pasemos por pruebas que nos ayudarán a ser mejores.
Que exigirán usemos habilidades y descubramos o desarrollemos otras que serán
necesarias para más adelante. La guía de Dios no te promete una vida en color
de rosa, te promete pruebas, aventuras, milagros, maravillas y sobre todo Su
compañía para que ninguna dificultad o prueba te ahogue.
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